La bebida emblemática y cargada de simbolismo de los caroreños ha sido a no dudar la resbaladera, una refrescante libación o chicha de arroz que pierde sus orígenes remotos en la noche colonial. Lo que hogaño se llama caroreñidad estaría incompleta sin la fragante bebida que otros llaman horchata, potaje alrededor de la cual se involucran las hermanas del General Pedro León Torres Arriechi y Su Excelencia el Libertador Simón Bolívar, una anécdota cargada de simbolismos y malentendidos que deseamos destacar.

Viene triunfante de Carabobo el Libertador y hace escala en la ciudad del Portillo de Carora en agosto de 1821, donde es recibido espléndidamente por lo más granado y distinguido del patriciado caroreño. Oye de nuevo aquí unas terribles palabras que no abandonan sus oídos desde la terrible caída de Puerto Cabello: bochinche, bochinche, proferidas por un monárquico caroreño; le ofrecen un banquete de despedida donde baila con la señorita Felipa Oropeza y Arriechi, degusta la tradicional resbaladera con arroz que le han preparado las hermanas del general Pedro León Torres, quien se encuentra en esos días en la Campaña del Sur.

Pero al llegar a la Casa del Balcón, donde se residenció, comienza el Libertador a sentir dolores estomacales, vomita. Sus edecanes y el general Juan José Flores pensaron lo peor: “¡Su Excelencia ha sido envenenado!” Con muy poca delicadeza y cortesía van de inmediato a la residencia de las autoras de la bebida malhadada causante del “conato” de magnicidio, donde una de las hermanas Torres, María de los Reyes, les dice airadamente y exhibiendo gran valor: “¡Díganle a Su Excelencia el Libertador que nosotras somos tan patriotas como él!”

Los venezolanos del tercer milenio y los caroreños en particular, hemos desaprovechado la oportunidad inmensa de convertir bandeja y escudilla donde se le sirve la resbaladera al Padre de la Patria en la ciudad del Portillo, en símbolo de la Nacionalidad venezolana y del acendrado y bonachón sentimiento regionalista de los habitantes del semiárido occidental venezolano y del Municipio Torres. Ya lo ha hecho la República de Colombia con un florero, precioso objeto que se ha convertido en el símbolo y alegoría de la nacionalidad de este país hermano, una nacionalidad creada por el empuje y decisión de los jóvenes patriotas venezolanos, de entre ellos nuestros generales Pedro León Torres y Jacinto Lara, patriotas caroreños liderados por el Libertador Simón Bolívar.

Foto cortesía de SabrinasSeaofColors.com

Luis Eduardo Cortés Riera
Venezolano, nacido en Cubiro, Estado Lara. Doctor en Historia por la Universidad Santa María de Caracas, 2003. Docente del Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Barquisimeto. Cronista Oficial de Municipio Torres, Carora. Miembro de la Fundación Buría. Ganador de la Segunda Bienal Nacional de Literatura Antonio Crespo Meléndez, 2014, con el ensayo: Rafael Domingo Silva Uzcátegui, más allá de la Enciclopedia Larense, Psiquiatría y literatura modernista. Colaborador de las revistas literarias: Archipiélago, de México; Letralia; Carohana; Mayéutica, CISCUVE; Columnista del diario El Impulso de Barquisimeto. Autor: Del Colegio La Esperanza al Colegio Federal Carora, 1890-1937, La gallarda serpentina de El Negro Tino Carrasco; Ocho pecados capitales del historiador; Enciclopedia Temática del Estado Lara; Iglesia Católica, cofradías y mentalidad religiosa en Carora.