Por Nelson Ures Villegas.
De tanto sembrar silencios
me nacerán palabras
silencio del limpio
sin sonidos raros
callarse el momento
callar lo vivo
callarse lo muerto
lo que no está listo
decirlo más luego.
De tanto sembrar
mi voz hacia adentro
echaran raíces
unos cuantos versos
son como semillas
sembradas al viento
silencios recientes
o algunos muy viejos
sombras que se llevan
en el inconsciente
o como una llama
muy dentro del pecho
yo a veces me callo
cuando no es prudente
decir lo pensado
pero pocos saben
que calmadamente
estoy sembrando estrellas
estrellas sonrientes
o estrellas llorando
así a nadie molesto
a nadie yo ofendo
y en nube liviana
condenso mi credo
para que algún día
por su propio peso
mi decir sean gotas
de un cielo lloviendo.
me nacerán palabras
silencio del limpio
sin sonidos raros
callarse el momento
callar lo vivo
callarse lo muerto
lo que no está listo
decirlo más luego.
De tanto sembrar
mi voz hacia adentro
echaran raíces
unos cuantos versos
son como semillas
sembradas al viento
silencios recientes
o algunos muy viejos
sombras que se llevan
en el inconsciente
o como una llama
muy dentro del pecho
yo a veces me callo
cuando no es prudente
decir lo pensado
pero pocos saben
que calmadamente
estoy sembrando estrellas
estrellas sonrientes
o estrellas llorando
así a nadie molesto
a nadie yo ofendo
y en nube liviana
condenso mi credo
para que algún día
por su propio peso
mi decir sean gotas
de un cielo lloviendo.
Barquisimeto, Venezuela.
Enero 2025