Por Dr. Isidoro Zaidman
El Rabino Zelig Pliskin en su libro Taking Action nos dice: … “la ambición ayuda a la persona a movilizar sus recursos, enfrentar los retos, persistir en sus objetivos y evita la rendición. Permitirá alcanzar niveles más altos, sobreponerse a la flojera y mientras más intensa, más capacidad tendrá para vencer los obstáculos. Su recomendación es utilizar todos los recursos disponibles para estimular su motivación aumentando el nivel de ambición”. Lo anterior está bien en cuanto el objeto de la vida se orienta al logro y alcanzar los objetivos externos de la vida.
Timothy Judge, profesor de la Universidad de Notre Dame, se pregunta si la ambición es una virtud o un vicio. Llegó a la conclusión de que “si bien la ambición tiene sus aspectos positivos en términos de éxitos profesionales, también tiene un costo que es un efecto débil en la satisfacción de la vida y parecería que tener carreras exitosas no siempre se traduce en una vida más sana, larga o feliz.”
Conclusión: cada quien escoge la forma de vida que desea. ¿Con cuál de las definiciones se queda usted?
Fuente: Edición 16 Aldea Magazine