Autor: Edecio R. Riera M.
La Candelaria es un caserío típico y muy pintoresco, es uno de esos pequeños poblados que fueron surgiendo a lo largo y ancho del territorio torrense y por supuesto, en todo el país. Esto se comenzó a generar luego de la llegada de los europeos a estas tierras. Se inició así, un proceso de emigración y por ese desplazamiento forzado; se fueron constituyendo en otros lugares donde el vivir y el convivir fuera más propicio para organizarse en comunidades relativamente modestas y pequeñas. De esa manera las poblaciones nómadas se agrupaban y se desplazaban por esas circunstancias y en ellas permanecían un cierto tiempo que les permitiera adaptarse a esas nuevas condiciones para la vida y la libertad. En ésta particular extensión geográfica de esta tierra árida, en la cual la vegetación xerófila, al caer las escasas lluvias, denominadas cabañuelas, se inicia así con un proceso de agrietamiento de la tierra y por esas ranuras se levanta la capa de ese terronal reseco por la aridez; y un verdor muy débil, ingenuo, incipiente y tambaleante. Se empinan con mucha energía con un objetivo bien definido, poblar estos territorios de Cujíes, Yabos, Curaríes, Veras, Cotoperiz, Caujaros, Dividives, Cardones, Tunas, y otros. Empero, los que ya están formados logran subsistir, a pesar de todas las dificultades, especialmente, por la carencia del agua.
“Cardones, tunas y abrojos son un paisaje vegetal ordinario y a pesar de ello, apenas caen las primeras lluvias, cuando una exuberante floración enciende el paisaje con el oro de los Curaríes o la nieve de los Caujaros. La misma naturaleza pareciera decir que esta tierra esconde la vitalidad de la vida, apenas encuentra el estímulo. Aun el árbol caroreño por excelencia, parece condensar esta contradicción de lucha de la vida contra la muerte. El humilde Yabo con sus ramas enjutas, habla de la muerte pero su tronco siempre teñido con el verde vegetal, nos habla de la esperanza oculta de la vida”
“Hermann González Oropeza. S.J. citado por Renzo Begni, en su obra “Historia Menor de Carora y sus pueblos”.
Esta es la característica fundamental de esta zona denominada “La Otra Banda” y que pertenece o está adscrita a esa inmensa región del Semiárido de este municipio. Con estas condiciones inhóspitas por la escases del agua y ese inclemente sol, tal vez era la otra variante por la cual, estos pobladores vivían en constante movimiento o cambios de un lugar a otro, por cuanto, ese vital líquido es el elemento indispensable para la vida. Al lograr establecerse en un lugar específico, con mejores condiciones, de igual modo eran desplazados: primero por los conquistadores y colonizadores y posteriormente por los herederos: los terratenientes y oligarcas que se adueñaron de las mejores tierras.
Así surgieron todos esos pueblos y los grupos étnicos que se quedaban y no huían, eran presa fácil para usarlos como esclavos para la mano de obra; indispensable en la fundación de estas poblaciones.
La Candelaria, este pequeño conglomerado, que en conjunto con: Alemán, El Chorro, La Rosalía, Pajarito, Playa Elena, Taguayure, La Fortaleza, y un poco más hacia el Oeste; Las Veras, Cieneguita, La Cooperativa, Zirumita, Las Yaguas, El Picudo, La Bárbara, Quediches, entre otros. Estos pueblos, con sus grupos humanos, que en cierto modo se estabilizaron; se les anexó los esclavos que huían de esa barbarie, más la liberación oficial propiamente dicha de estos seres, se concretó en lo que se ha denominado “El sincretismo”, esa mezcla de las tres razas; que viene a dar origen a lo que hoy somos.
El caserío de la Candelaria, un pintoresco y pequeño pueblo que mucho antes perteneció al municipio Manuel Morillo, teniendo al lado a San Francisco, Capital del municipio Montes de Oca, a menos de tres y medio kilómetros. Todos los ciudadanos, pobladores de estos caseríos se les hacía casi imposible realizar trámites legales por lo distante con El Empedrado, la capital del municipio, donde estaba asentado el despacho del Jefe Civil, el encargado de darle viso legal a todos esos trámites. No obstante, en esas circunstancias nació Alirio Martín Díaz Leal, el 12 de noviembre de 1923, más sus diez hermanos, que lograron constituir una hermosa familia muy humilde, extendida, honesta, solidaria, unida y muy humana y por extensión, músicos.
Los Padres de Alirio Martín y de sus diez hermanos fueron Don Pompilio Díaz, un barrionovense y músico que había emigrado a La Candelaria, y de la señora Josefa Leal, nativa de ese popular y simpático pueblo. Cuentan mis abuelos, que Alirio, siendo un niño tenía una afición especial por la música y siempre se observaba con un peine en sus labios, tocando algunas piezas musicales; posiblemente su primer instrumento fue ese, un peine al cual se le adhería un pedazo de papel celofán, de esos que traían o traen en la cubierta las cajetillas de cigarrillos; y al llevárselo a los labios, y al producir los soplos, se puede entonar una melodía, o se puede interpretar cualquier pieza musical en forma instrumental. Este instrumento, cuyo timbre es muy similar a una Sinfonía o Armónica, y con él se puede producir música agradable al oído. Dicho instrumento improvisado, su timbre se caracteriza, por ser muy chillón, pero al final produce música, con un vibrato muy particular. Otro instrumento, con características muy similares al anterior, el cual también solía usar. Se constituía por dos pedacitos cuadrados de la madera de la totuma, aproximadamente 4x4cm c/u y se le colocaba una o dos hojitas de la vera, entre cada una de las tapas, a objeto de formar una especie de pito. También este instrumento produce música y se introduce entre los labios y se sujeta con los dientes. Del mismo modo, su timbre es muy chillón, y se puede cantar cualquier canción o melodía.
Alirio Martín, siendo todavía un niño había logrado aprender en forma muy incipiente el toque de la guitarra y del cuatro. Estos primeros conocimientos los adquirió a través de su padre quien era un músico de oído y se pudiera afirmar que el alumno superó al maestro, por cuanto, a esa edad, no dejaba pasar un momento en el cual estaba dedicado a esa actividad cultural. Alirio, tenía una meta: quería y deseaba superarse por todos los medios. En estas circunstancias, él decide iniciar unas visitas al maestro Cecilio Zubillaga Perera, y en estos encuentros con el maestro, le propone: que lo ayude, y él le insinúa, ya que, lo había oído tocar la guitarra, que su futuro está en la música y no en otra carrera. Le hace entrega de una carta de recomendación para su amigo, el conocido maestro, compositor y director de la Banda del Estado Trujillo, Laudelino Mejía. Es Don Chío, quien lo descubre y con su ojo clínico observa en el joven Alirio, un inmenso porvenir, cualidades excepcionales para la música y así se lo hace saber en su carta; las condiciones innatas que posee su recomendado.
“Establecido en el estado Trujillo, da comienzo definitivo a los estudios académicos de la música, propiamente; son lecciones de teoría, solfeo, saxofón y clarinete. En ese entonces, para poder subsistir y poderse ganar un dinero, Alirio tuvo que aprender tipografía, mecanografía, inglés, corrección de pruebas periodísticas. Pasando a ser guitarrista popular acompañante en Radio Trujillo y saxofonista en la Banda de ese estado”.
“En 1945, viaja a Caracas, siempre obedeciendo los consejos de Don Chío y en la capital de la República, descubrirá las bases definitivas de su porvenir como músico. Ingresa a la Escuela Superior de Música “José Ángel Lamas. En esta institución tuvo como profesores a cinco grandes músicos, en teoría y solfeo a Pedro A. Ramos, en Historia y estética de la música a Juan Bautista Plaza, y Raúl Borges, en Guitarra Vicente Emilio Sojo y a Primo Moschini, en Armonía. La Banda Marcial Caracas lo acoge como clarinetista, ésta la dirigía el maestro Pedro Elías Gutiérrez, e ingresa como tenor al orfeón Lamas, incorporado por el maestro Sojo.”
“Su situación económica se resolvió, una vez que los músicos populares realizaban trabajos profesionales en Radio Tropical, más un pequeño subsidio que El Ministerio de Educación, y que gracias al maestro Vicente Emilio Sojo, le había hecho esa gestión”
“En el año 1950 Alirio se da a conocer a través de recitales de emisoras radiales, actúa en locales privados y públicos. Igualmente lo hace en la Academia “José Ángel Lamas”, en la Biblioteca Nacional de Caracas. En el Ateneo de Valencia, Barquisimeto y Trujillo. En estas actuaciones obtuvo muy buenas críticas de los profesores Eduardo Lira Espejo, Eduardo Feo Calcaño y Sergio Baudo.”
“En mayo de ese mismo año participa en el gran concierto en la Escuela Superior de Música, para conmemorar el bicentenario de la muerte de Joann Sebastián Bach. En este recinto hizo una interpretación de la Chacona de un compositor alemán. Al finalizar sus estudios planifica viajar a Europa, para estudios de posgrado. El pintor Clemente Pimentel y el crítico musical chileno Eduardo Lira Espejo, se ocupan de todo lo concerniente y de la organización de ese viaje, El Ministerio de Educación le otorga un subsidio. En noviembre de ese año actúa en Madrid. En el Conservatorio de Música y Declamación, fue acogido por el compositor y guitarrista Regino Saing de la Masa. También actúa con mucho éxito en el Ateneo de Madrid, Teatro Español, Palau de la Música de Barcelona, La Alhambra de Granada, Teatro Principal de Valencia”.
Wikipedia internet
“En el año 1951, viaja a Italia, para perfeccionarse. El guitarrista Andrés Segovia dictaba en Siena, un curso de alto perfeccionamiento en la Academia Chigiana. El maestro lo considera el mejor y dos años más tarde, Alirio Díaz se convierte en su asistente. Sus actuaciones se expanden por Italia, y otros países. En el recital auspiciado por el poeta y embajador Alberto Arvelo Torreaba. Lo acompañaron en ese recital: Raúl Borges, Vicente Emilio Sojo y Juan Bautista Plaza este último, fue quien lo presentó al público de Roma. Este joven baluarte de la guitarra viaja por todo el Continente Europeo. Posteriormente inició una gira por los cinco continentes; actuando como solista y acompañado de Orquestas Sinfónicas, bajo la dirección de Sergio Celibidache, Leopoldo Stikowski, Antonio Esteves, André Kostelanetz, entre otros.”
“Alirio trata de seguir la huella de Vicente Emilio Sojo. Al regresar a Venezuela, le dedica gran parte de su tiempo a la recopilación de cantos de origen popular, luego de armonizaciones guitarrísticas eran y son interpretadas ante los públicos del mundo”.
En el año 1956, firma su primer contrato discográfico. A partir de esa fecha, la data discográfica se hace más extensa, variada y muy rica con buena música. Alirio también se destaca en la investigación desde el punto de vida crítico, analítico y musicólogo, sobre el mismo argumento popular, gran parte de los cuales publicó en su Libro”Música en la vida y lucha del pueblo venezolano” y en diversos periódicos y revistas venezolanas. Buena parte de estos trabajos está también reflejado en su obra autobiográfica “Al divisar el humo de la aldea nativa”
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En ese año y estando en Venezuela ofrece una serie de conciertos en diversos escenarios importantes del país: Caracas, Valencia, Maracay, Trujillo, Barquisimeto, entre otros y luego se traslada a su pueblo natal, para acompañar a sus padres ya que, estaban de cumpleaños por sus Bodas de Oro. Alirio Díaz tal vez por esa humildad que lo caracterizaba, nunca dejó de visitar a su pueblo de origen, su terruño natal La Candelaria, para él era un acontecimiento muy especial, por cuanto, sus padres estaban celebrando 50 años de vida matrimonial; ¡ eso no es cualquier cosa ¡ _solía comentar_ y en una de esas visitas que siempre realizaba, al regresar a su Patria, no lo dudaba ni un instante y ésta, o fue una coincidencia o un propósito bien definido y quiso estar con sus padres en ese evento, y en su tierra chica.
Una tarde de ese año 56,aporximadamente, mi padre, el señor Jonás Riera, quien era uno de los tres conductores que prestaban el servicio de transporte de San Francisco – Carora y viceversa, al regresar de esa ciudad, luego de cumplir su faena diaria, le informa a su familia que se arreglen y se preparen que vamos para la Candelaria a ver, oír y aplaudir a Alirio Díaz quien viene de Italia y de otros países, bueno, de darle la vuelta al mundo y luego de un gran, y excepcional éxito alcanzado, él regresó y por otra parte, aprovechar para saludar y felicitar a Don Pompilio y Doña Josefa quienes están de cumpleaños por sus Bodas de Oro y su hijo estará presente en esa celebración y va a dar un concierto en su casa. Estamos invitados formalmente.
Yo tenía 10 años de edad y recuerdo perfectamente ese acto tan singular y genuino. Un excelente artista estaba en su pueblo compartiendo con sus familiares, amigos en esa hermosa, simbólica y única velada cultural que fue organizada por sus familiares. Mi padre, quien poseía un camioncito Ford 350 de estacas, conjuntamente con los miembros de su familia, más unas treinta personas, vecinos de San Francisco, se trasladó hacia La Candelaria con ese propósito, acompañar al artista en esa fiesta popular. El concierto se realizó en el patio de su casa, al aire libre, sin equipos de sonido, ni micrófonos. Antes de iniciar se dirigió a los presentes, en primer lugar, agradecer la presencia de todos sus familiares y amigos, agradecerles por su fraternidad, solidaridad, y apoyo. Se refirió que iba a tocar unas piezas u obras de grandes compositores del mundo, expresando que eran obras sinfónicas de autores muy distinguidos, _a lo mejor de esta parte no van a entender mucho,_ sin embargo, para que puedan apreciar todo aquello que se puede hacer si existe la voluntad, constancia, disciplina, el sacrificio y si uno se ha propuesto un objetivo o meta debe hacer todo lo que esté al alcance y no perder de vista esa meta, acariciarla, soñar con ella, visualizarla siempre y llegará el día de cosechar esos triunfos, y los éxitos no se harán esperar. En la segunda parte les voy a interpretar algunas piezas del folclor venezolano, que son obras muy populares y es posible que ustedes las hayan oído, entre ellas: “El Diablo Suelto” una pieza de Heraclio Fernández, un compositor zuliano, que en 1888 la compuso y humildemente le hice un arreglo para guitarra y esta pieza se internacionalizó mediante los concursos de guitarra que se efectuaban en Italia y era obligatorio que los participantes la interpretaran. Otra sería Apure en un viaje, EL Pajarillo, Adiós maripositas, del maestro Sojo, bueno y otras. Les voy a pedir por favor hacer todo lo posible por permanecer en silencio, ya que aquí estamos al aire libre, con este cielo tan estrellado y cada lucero será el mejor testigo de lo que nos proponemos realizar y es indispensable guardar silencio para poder apreciar con propiedad este recital musical. Tenemos por otra parte el concierto natural de los grillos y el adorno de las Luciérnagas que nos salpican; con sus luces esplendorosas, para que sea más agradable y natural este acto. Sean pues bienvenidos y disfruten de este momento tan especial, y exquisito, que creo no se repetirá, jamás.
Les dedicó a sus padres y al público en general varias piezas del repertorio popular venezolano. Los aplausos no se hacían esperar, las ovaciones y las felicitaciones en forma personal, el estrechón de manos, el abrazo fraterno al joven que una vez salió de su aldea a buscar nuevos horizontes y hoy regresa con el pecho henchido de orgullo, y cargado de sentimientos, emociones y convertido en un gran artista, que ya había alcanzado a plenitud el objetivo de su superación, el cual se había propuesto. Cosechó con su constancia y dedicación, lo que fue a buscar, la superación personal en la ejecución de la guitarra, que con un gran esfuerzo propio y siguiendo al pie de la letra los consejos de sus amigos, lo había logrado.
La velada cultural finalizó con el canto del cumpleaños entre todos los presentes, el compartir de una deliciosa torta y de una exquisita sopa de gallina.
En otra ocasión en la cual el maestro Alirio Díaz, regresó a su Patria, y como era lógico volvió a su terruño. Efectuaba su magnífico concierto y compartía con familiares y amigos. “En un folleto, magníficamente editado, publicado en julio de 1982 con motivo de un fervoroso homenaje rendido en La Candelaria a doña Adela Virginia Riera de Oropeza, se señalan acertadamente sus inicios educacionales y se expresa en forma textual: “Si eran pocas pero muy valiosas sus experiencias educacionales y culturales, estas las puso de inmediato al servicio de su comunidad dando lecciones gratuitas de educación primaria y promoviendo diversos actos culturales”
Luis Oropeza Vásquez
El gran guitarrista universal Alirio Díaz, hace una bella y emotiva evocación de Adela Virginia Riera, de quien fue su discípulo en su adolescencia aldeana. Lo humano y lo heróico en el Magisterio de Ina.
(Adela Virginia) no pasaba de 17 años. Bonita. Alta, delgada, blanca, educada; sus bellas manos me impresionaban porque me parecían que eran las mismas de las princesas azules que nos pintaba Florencia en sus cuentos mágicos. Había una especial armonía entre todo esto y lo que ocurría en mundo espiritual de Ina._ Ya se comentaba en La Candelaria las inquietudes artísticas de Alirio Díaz y Adela Virginia, maestra y animadora cultural._ Lo mira con afecto y simpatía. Se acerca tímido y emocionado a la juvenil y bella maestra rural, quien le da un extraordinario estímulo en medio de aquellas circunstancias. “Luego de haberme examinado_ cuenta Alirio_ para ver hasta donde alcanzaba la preparación que adquirí en mis peripecias escolares en Muñoz y Siquisique, y tras haber visto lo que decía al respecto el programa oficial de enseñanza primaria, me inscribió en tercer grado, y de una vez me integré al grupo. Pues, era yo el más viejo de todos, con 14 años a cuesta. En el vergel candelareño se aprende que no se vive solamente “para el prosaico menester” señala Alirio Díaz. Él sostiene que si todos los seres vivientes_ animales, árboles y humanos_ tienen que batallar como los héroes contra la agobiadora y desértica geográfica de la Otra Banda, “Doña Virginia Riera y su plácido pensil tuvieron que ingeniárselas para contrarrestar el desafío de la naturaleza adversa, implícito en sequías despiadadas o, por el contrario, aguaceros implacables, o en las incursiones de bachacos insaciables y en las continuas amenazas de las cabras candelareñas, éstas arriesgadas maromeras en el salto de altos cercados, y en brincos sobre escarpados declives”
Luis Oropeza Vásquez, en una cita de Alirio Díaz.
A Alirio Díaz, casi en paralelo o simultáneamente, mientras estudiaba música, le fue asignado el Título de Maestro, por sus profesores, amigos y allegados, ya que, él se dedicaba a enseñar a otras personas, jóvenes que estaban en las mismas condiciones, con muchos deseos y anhelos de aprender la ejecución de la guitarra. Él estaba ahí, presto para ayudar, quizá había asimilado o entendido con mayor claridad las lecciones que le habían proporcionado sus profesores y simplemente deseaba compartirlas con aquellos que les solicitaban una mano amiga. El maestro, estaba presente, solidario, y dispuesto en todo momento en coadyuvar para que otro grupo de estudiantes, se superaran. Otro ejemplo de ello fue la organización de los concursos de guitarra internacionales en Italia y posteriormente en Venezuela, más los concursos nacionales que se efectúan en Carora.
Una ocasión muy oportuna. ¡Vaya que coincidencia!, ya que los dos mejores guitarrista del mundo coincidieron en Carora, y que los mismos fueran nativos de este municipio. La Casa de la Cultura organizó un concierto en la Iglesia San Juan. Ese recinto religioso resultó muy pequeño para recibir al magnifico y nutrido público que se volcó para ver, oír y admirar a estos dos grandiosos genios de la guitarra universal, pues, que con sus prodigiosas manos pulsaban y hacían manar de las cuerdas de ese popular instrumento, los acordes de unas obras, y melodías con una maestría de incalculable valor estético, de grandes y excelentes compositores entre otros: Bach, Beethoven, Mozart, Vicente Emilio Sojo, y Antonio Lauro… La concurrencia fue tan espectacular que todos los asistentes no pudieron entrar por ser demasiado estrecho ese local.
La Casa de la Cultura, no escatimó ningún esfuerzo y aprovechando que estos dos genios de la guitarra permanecían en Carora, planificó un segundo concierto. En esta oportunidad se acordó efectuarlo en el Teatro Alirio Díaz, por tener mayor capacidad, para albergar mayor cantidad de público. A pesar de que se había previsto alquilar unas trecientas sillas plásticas; que se colocaron en las cominerías y pasillos del teatro, igualmente, este espacio cultural, resultó insuficiente. Por vez primera, se encuentran dos grandes artistas universales de la guitarra. Aquella teoría de que nadie es profeta en su tierra, al parecer se cayó. Una gran ovación de aplausos se les tributó a los artistas y cuando se cría que el evento había concluido, los aplausos no cesaban, y optaban por interpretar otra pieza, Del mismo modo al finalizar esa interpretación, le seguía otra ovación más prolongada de aplausos y ellos otorgaban una pieza más. De ese mismo modo se repitió por tres o cuatro veces. Por fin, el telón fue cerrado y los aplausos no cesaban, y esta vez todo el público de pie. Los dos guitarristas volvieron a aparecer y se despidieron interpretando la canción “Caroreña”. Se levantaron de las sillas. Se dieron un gran y efusivo abrazo de afecto, de hermandad; por considerar que en su terruño también se les valoraba, se les reconocía la magistral obra que habían logrado con esfuerzo propio.
Tal vez el mejor reconocimiento y como un homenaje de su pueblo que les brindó ese gesto de cariño, admiración y respeto a dos personajes nativos de esta región del Semiárido; que se habían consagrado y por esas coincidencias de la vida, en esa fecha, hoy actuaban juntos, sin ninguna mezquindad, arrogancia, prepotencia y que ellos de origen tan humilde, no les enfermó la fama, el dinero, y el interactuar en grandes y majestuosos escenarios del mundo con otras culturas muy distintas a las nuestras, empero, fueron dos caroreños que se crecieron ante las dificultades y vencieron los obstáculos más hostiles, las barreras más pronunciadas y triunfaron por el sólo hecho de creer en lo que hacían, de tener una constancia firme y perseverantes en la dedicación, y el empeño puesto de manifiesto y demostrado con su actitud y con su aptitud; y por tener siempre presente y en todo momento en sus pensamientos, la meta que se habían propuesto alcanzar.
En realidad, para todo el caroreño y el torrense en forma general, es un gran motivo de orgullo y un excepcional privilegio de haber podido tener en esta pequeña comarca, los valores más notables de la Guitarra Clásica Universal; a dos compatriotas y paisanos que se esmeraron en dejar una huella imborrable en el mundo y en el sentimiento y espíritu de sus conterráneos. Hoy y siempre será reconocida y se valorará su trayectoria artística como un legado para las nuevas generaciones.
En el año 2005, el maestro Alirio Díaz, ya se había establecido en Carora. Adquirió una vivienda en la Zona Colonial de esta ciudad; calle Ramón Pompilio Oropeza, la cual utilizó como residencia, no obstante, nunca dejó de visitar su casa natal en La Candelaria y siempre se negó, para que no se le modificara. En otro orden de ideas, el Lic. Fernando Briceño, quien fue el artífice y encargado de organizar este espacio, para dicha fundación, estuvo muy cerca del maestro y es posible que este amigo se hiciera eco de las enseñanzas, comentarios, vivencias y anécdotas no conocidas del maestro y nos pueda sorprender en cualquier momento; escribiendo y proporcionándonos un libro con esa historiografía a objeto de conocer otras facetas de ese insigne guitarrista.
Esta vivienda se convirtió en la “Fundación Alirio Díaz” con el objetivo de proseguir desarrollando diversas actividades culturales, entre ellas la promoción de la ejecución de la guitarra, su gran anhelo. En una gira que realizó el Presidente Hugo Chávez Frías a esta ciudad, con motivo de dejar inaugurado Un Mercado de Alimentos (MERCAL) en la Zona Industrial. Para ese evento fue invitado el maestro y en el mismo participó con dos piezas musicales: “El Diablo Suelto” del compositor zuliano Heraclio Fernández y “Adiós Maripositas” del maestro Vicente Emilio Sojo. De esa composición, él hacía una evocación muy particular y emotiva, siempre solía comentar que esa es una obra para niños pequeños en edad escolar, de una singular belleza, pues bien, posee una armonía melódica especial que exalta en su más alto nivel, el carácter de la sensibilidad inimaginable; que produce en el ser humano un estado de éxtasis que lo traslada a otra dimensión etérea donde la magia del arreglo musical, la forma rítmica y la composición como un todo; son de impresionante calidad estética y de una ternura sin igual. Característica de las canciones de cuna.
Posiblemente esta fue su última actuación en público y en su pueblo; los familiares habían recomendado que pasara a un retiro feliz y por ello no le permitían que diera más recitales, que descasara y quizá en ese lapso que estuvo conviviendo con los caroreños, se dedicara a escribir sus memorias.
Tuvimos la oportunidad de participar en varios de sus cumpleaños, también conocimos a su esposa y a dos de sus hijos, quienes convivían con él, o que con frecuencia visitaban a sus padres. Lamentablemente, al poco tiempo su cónyuge se enferma y es trasladada a Italia. Para realizarle un diagnóstico y un chequeo médico. Al poco tiempo dejó de existir y el maestro Alirio se traslada hacia esa ciudad a fin de estar presente en las exequias de su adorada esposa. Muy poco tiempo transcurrió, y nos llegó la información: el maestro Alirio Díaz, también había fenecido el día 5 de julio de 2016, en la ciudad donde fue a buscar conocimientos musicales para su perfección y la constitución de una hermosa familia a la cual les dejó como legado el estudio de la música y la ejecución de la guitarra, dos de ellos son músicos académicos Sénior y María Isabel.
Los homenajes no se hicieron esperar, sus restos mortales fueron repatriados al país y en la Capital de la República, instituciones culturales, les otorgó varias condecoraciones pos morten y posteriormente sus resto fueron llevados hasta su Carora natal. La manifestación de aprecio, cariño y afecto, por todas las organizaciones culturales, sociales y personalidades de diversas regiones del país y mucho más allá, que estuvieron presente, acompañándolo en su estadía en el teatro que lleva su nombre; el cual permaneció en Capilla Ardiente, antes de ser llevado, al Mausoleo que se le construyó en el Cementerio Municipal de esta ciudad. Tenemos que mencionar que entre las personalidades que asistieron para rendirle tributo y un merecido homenaje de reconocimiento a su labor extraordinaria, estuvo presente el Ciudadano Freddy Ñañez, Ministro del Poder Popular para la Cultura, a objeto de hacerse solidario y acompañar al maestro en su última morada.
El Maestro Alirio Díaz tuvo ese privilegio de que muchas de sus condecoraciones y reconocimientos, las recibió en vida. Entre ellas una condecoración que le fue conferida por El Concejo Municipal de este municipio. Era presidenta la profesora Esperanza de Riera para esa época, ¡Lo insólito!, en el preciso momento en que la presidenta le estaba colocando el Botón o la Medalla, la misma se calló al piso, ¡Qué pena!, tanto los concejales como parte del púbico que estaban presente comenzaron a buscarla por el piso y nunca apareció. Fue un acto muy extraño y de mal gusto. El maestro, por su humildad y sencillez que lo caracterizó siempre, no se inmutó, no se sonrojó, no dijo nada. Me imagino que la presidenta y los concejales le dijeron al maestro que no se preocupara, que iban a mandar a hacer otra para reponerla. Por otra parte, luego de muchos años de ese acto increíble. La Alcaldía de este municipio, como un reconocimiento a aquellos cultores que se hayan destacado en su trabajo cultural, creó una Orden que lleva el nombre del maestro en Primera Clase, como una forma de limpiar ese acto y de dejar bien parada, libre de pena al Concejo Municipal y con el fin de premiar y reconocer esa labor tan fundamental del espíritu.
A través de la Dirección de la Alcaldía del municipio Torres, se está promoviendo una Ruta Turística, la cual tendría como objetivo, que los amigos visitantes y turistas puedan conocer estos sitios y lugares que se han convertido en íconos en este municipio; por sus características tan diversas y especiales: la producción artesanal, y agropecuaria, sitios históricos, petroglifos, instituciones culturales, Lo edificado entre otras. Esta pudiera ser una de las rutas. Comenzando en Palo de Olor, la Aldea Artesanal del Cuatro, EL Cerro de La Cruz, con las Salves a la Cruz de Mayo, El Recorrido de la Imagen de San Antonio, con Los Sones de Negros, En el centro de la ciudad, La Zona Colonial, El Teatro Alirio Díaz, La Casa de La Cultura, La Fundación Alirio Díaz, La Biblioteca Ildefonso Riera Aguinagalde, La Casa de Cecilio Zubillaga Perera, El Ateneo Guillermo Morón, Barrio Nuevo, la Cuna del Maestro Rodrigo Riera, La Catedral, La Casa de la Diversidad Cultural, La Escuela de Música Juancho Queráles, etc. En Alemán, Por su histórica y emblemática fabricación de objetos de arcilla,(la alfarería), Pedernales, con los petroglifos, grabados en las siete piedras, Camay, el lugar con mayor extracción de yacimientos y objetos fósiles de nuestros antepasados, saqueados por el Hermano Basilio, La casa de origen del Maestro Alirio Díaz, la Caja Negra; esta, también en La Candelaria, (una especie de cámara fotográfica donde se puede observar a los transeúntes: personas, animales y objetos fijos, en forma invertida), con lo de abajo hacia arriba y por último, San Francisco El Terruño Natal del Poeta Alí Lameda y San Pedro Caliente con su loza tradicional.
Esta ruta pudiera ser una manera de que los turistas visiten estos lugares y puedan valorarlos como una alternativa cultural de mucha importancia, que está vigente y se pudiera afirmar, que es única y si se logra establecerla, sería de un gran beneficio desde el punto de vista económico para este municipio por sus posadas y hoteles y lo más fundamental, que se conozcan estos espacios emblemáticos desde el punto de vista cultural. Con el fin de que los turistas de otros lares y las nuevas generaciones de esta zona del semiárido, la puedan decodificar, interpretar e internalizar, visualizando el por qué esta región es especial, en ese ámbito.
De POR LOS CAMINOS DEL SEMIARIDO
La foto de Alirio Díaz en Concierto es de la Colección y cortesía de la Fundación Alirio Díaz.