(A Luz Marina y María, la guayanesa)

Poema y foto cortesía de Nelson Ures Villegas.

Yo estaba allí
cuando el libro de un brillante amanecer
abrió sus dos páginas
para cifrar
en cristales del barro
miradas y sonrisas
folios vivos
de mujeres en un cuento recién difundido por el viento.
Yo estaba allí
pero no fui quien cabo en la tierra
en la esquina de una casa abandonada
donde una noche alumbró la fortuna.
Pero llegamos a tiempo del recuerdo
justo al bostezo de la ventana
de una casa que se regresó de nuevo al polvo.
Estuvimos precisamente
para merecer los caminos que anduvimos
y los que aún nos esperan.

 

Barquisimeto, Venezuela

diciembre 2024