El amor es la palabra mágica que gira alrededor de todos los hombres. Que difícil imaginarnos la vida con la ausencia de amor. El amor a los hijos, a la pareja, a los padres, a los amigos, esta presente en cada uno de nosotros. Todos los padres cuando piensan en sus hijos lo que más desean es que sean felices. Que sean amados y que sepan dar amor.

Sin embargo, la realidad se ha encargado muchas veces de que no sea el amor lo que gire alrededor de los niños, sino la prisa la falta de atención, y muchas veces las frustraciones ocupan lugares preferenciales.

Lo que ocurre en el hogar, puertas adentro, en la intimidad de cada familia, sin duda alguna repercute en la conducta de los niños una vez fuera del área familiar o de la frontera hogareña.  Los maestros son los primeros testigos oculares de la actitud de los niños en el aula, y de los cambios que van ocurriendo en el menor. Cada vez más, crece la preocupación de los maestros y orientadores frente a la conducta de los niños.

La transformación de los niños muchas veces no es percibida por los padres o bien porque la convivencia diaria no les permite apreciarlo o bien porque prefieren ocultarse tras la frase “mi hijo esta tremendo, esta terrible” refiriéndose a esa conducta como algo propio de la edad o como una conducta pasajera.

Esta pasividad y falta de comunicación se observa en la falta de respeto de los niños hacia los maestros en el aula, la cual va en crecimiento. Cada día se pierde el respeto a la autoridad. Los niños llegan al colegio sin bases familiares que les permitan una convivencia armónica con el resto de la comunidad educativa. La agresividad en su hablar y sus modales predominan en los temas de discusión entre maestros.

Las normas de convivencia se han perdido, el respeto y la obediencia están ausentes de la vida de muchos niños que aun no cumplen los 10 años.

Cuan común se ha vuelto la frase, “es que no puedo con él, o con ella” “es que no me hace caso”, “Contesta mal” “no hace la tarea” y los padres sienten que no tienen el poder para controlar las conductas de sus propios hijos, dejándolos muchas veces por cansancio o temor a una agresión física, que hagan lo que quieran, sin límites

Es importante para el crecimiento y desarrollo físico y mental de los niños que los padres asuman la responsabilidad de decir no, cuando hay que hacerlo, de ser fuertes y no caer en la manipulación que hacen los hijos y que cada dia se vuelven mas expertos en el dominio de los padres. Para que los niños vivan en felicidad deben recibir amor para proyectarlo, no pueden dar lo que no tienen, y muchas veces ocurre que los padres no tienen tiempo y por el apuro se pierde el beso el abrazo que pudo darle al hijo antes de dormir, o al partir al trabajo, o al llegar a casa. Las carreras hacen olvidar que necesitan cuidado y atención porque están creciendo. El mejor alimento es el amor y ese tiempito que a través de algunas acciones podemos ir transmitiendo a los hijos la importancia de ciertos valores. Pero conjuntamente con el amor es necesaria la disciplina y el respeto a los demás.

No existen recetas perfectas para ser padres perfectos, pero hoy dia hay muchísimos programas de ayuda y orientación a los padres. Por ejemplo el “Children’s Services Council de Broward County” dicta un sinnúmero de talleres para padres, orientándolos e informándoles sobre todas las herramientas de ayuda que están a su disposición y que muchas veces no se usan por desconocimiento de las mismas. Los invito a consultar esta página www.cscbroward.org  y conozcan los recursos que nos ofrecen organizaciones como estas avocadas a ayudar al menor.

Elizabeth Verna Briceno