Texto e imagen : Nelson Ures Villegas.
Ella barría todas las mañanas las hojas caídas al suelo de aquel viejo árbol, sembrado hacía muchos años por su padre en el patio de su casa. Ella cumplía su cotidiana labor con la certeza de que su vida era poco para tan larga tarea, la cual, seguramente dejaría inconclusa.
Lo hacía con la ilusión de regresar de ese ignoto lugar llamado muerte, pero convertida en brisa para asi seguir, día tras día, barriendo las hojas de su árbol.
Barquisimeto, Venezuela.
enero 2025