Ely Briceño
El pago de la universidad no debe ser motivo de desistimiento, existen alternativas como el empezar en una institución secundaria menos costosa, solicitar ayuda financiera o becas.
Al terminar el colegio, la mayoría de los padres quieren que sus hijos, continúen sus estudios universitarios para que tengan una profesión que les permita una mejor vida en el futuro. Sin embargo, la realidad que vivimos y el elevado costo de la educación superior, hace imposible que muchos padres puedan pagar la universidad a la cual sus hijos quieren asistir.
Hoy dia existen distintas opciones para hacer más accesible el pago de la universidad o college así como diferentes tipos de ayudas financieras, becas y planes de ahorro.
La Ayuda Federal para Estudiantes, FAFSA, es un formulario que se utiliza para determinar la aptitud del estudiante para acceder a los programas de préstamos federales. Si es hispano, residente de los Estados Unidos, tiene el derecho de pedir esta ayuda financiera. La solicitud es fácil de llenar y es gratuita. Para mayor información visita la página www.fafsa.ed.gov. Es importante que sepa que la mayoría de las Universidades cuentan con talleres de la FAFSA para informar sobre las opciones de ayuda.
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Existen otras alternativas que le dan la oportunidad de ir a la universidad, a aquellos jóvenes que deseen continuar sus estudios, y no tienen los medios económicos para ello, como es asistir a una institución secundaria menos costosa. Si por ejemplo su hijo quiere cursar alguna carrera cuya duración es de cuatro años, puede considerar la posibilidad de asistir a un “college” de dos años, como son “Broward College” o “Dade College”, y terminar luego sus estudios en la universidad de cuatro años. Estos centros son más económicos que la universidad de cuatro años. Ello le permite a su hijo vivir cerca de casa y evitar los gastos de comida y alojamiento.
También existe la posibilidad de solicitar becas a otras organizaciones estatales, nacionales o internacionales que ofrecen becas de estudios. Algunas consideran su GPA y promedio de SAT, otras consideran su situación económica, otras su liderazgo y participación en la comunidad.
En conclusión, la falta de dinero para asistir a la universidad no debe ser la razón para no hacerlo, el sistema ofrece recursos para ello, pero hay que organizarse, conocer los requisitos y aplicar. Nunca pienses que no tendrás opción, recuerda que la peor diligencia es la no se hace.
Fuente: Edición 7 Aldea Magazine