Por Luis Eduardo Cortés Riera.  cronistadecarora@gmail.com

Informe de Evaluación de la Tesis Doctoral de Luis Beltrán Saavedra Mata sobre el gran humanista catalán y venezolano Pedro Grases, que presenta el Dr. Luis Eduardo Cortes Riera al Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, UPEL, Barquisimeto, República Bolivariana de Venezuela.

Me siento sumamente complacido a la hora de redactar ese informe de evaluación sobre una tesis doctoral como la de Luis Beltrán Saavedra Mata que considero excepcional. Lo digo porque está escrita con pasión y con rigor intelectual. No es fácil acometer una empresa de tal envergadura por la magnitud de la obra inmensa de don Pedro Grases, un catalán que vino a estas tierras equinocciales a realizar un proyecto quedado inconcluso en España. Su vasta obra ha hecho posible en gran medida la reconstrucción intelectual de la historia cultural de Venezuela e Hispanoamérica.

Felicito también al tutor doctor Reinaldo Rojas por haberle sugerido al tesista tan oportuno e interesante tema y personaje. Y llega este trabajo en un momento en que la cuestión catalana hace eclosión allá en la Península, que muestra y expresa el deseo de esta versión de cultura hispanoamericana a tener derecho a tener existencia y libertad. Ya lo había dicho Octavio Paz: que en Cataluña y su cultura hay unas semillas de libertad y de crítica que debemos todos, mexicanos e hispanoamericanos, rescatar y defender. Nuestra cultura será siempre una cultura mutilada si olvida al portugués y al catalán.

La tesis de Luis Beltrán Saavedra logra un cometido muy importante, expresa y revisa la cultura de Hispanoamérica, con lo que cumple con una aspiración de nuestro doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña. Pero va más allá, pues examina con solidez a la cultura catalana y española de principios de siglo pasado. España estaba saliendo entonces de su larga decadencia cultural, un proceso de grandeza muy bien encaminado que fue interrumpido dolorosamente por el dogmatismo y la intolerancia con la terrible guerra civil.

El tesista logra también algo prodigioso al condensar en 300 páginas de su trabajo de investigación el contenido esencial de la gigantesca obra de don Pedro Grases, unos 18 tomos. Podría decirse que cualquiera se sentiría abrumado por tan ambiciosa empresa intelectual y que Luis Saavedra logra en relativamente corto tiempo, unos dos años.

Pienso que este trabajo doctoral de Luis Saavedra merece darle una consideración muy especial. Sugiero que sea enviada, una vez presentada y defendida, a una de las editoriales del Estado venezolana para su oportuna publicación. Sin ningún tipo de complejo propongo que sea una tarea de la Biblioteca Ayacucho, editorial con la cual la Fundación Buría cuenta con un generoso amigo en la persona del Dr. Edgar Páez. Que esa prestigiosa editorial con vocación continental logre este cometido que le sugerimos sería como darle apoyo a la Cataluña de nuestros días en su empeño de tener vida propia, y a la vez darle un sólido respaldo a la cultura de habla castellana de este lado del Atlántico.

Me ha parecido muy estimulante el contenido dedicado a Andrés Bello en la tesis de Luis Beltrán Saavedra, un verdadero filósofo americano y que hemos sentido un complejo de inferioridad los latinoamericanos en reconocerlo como tal. Bello es considerado como el padre de la semiótica en Latinoamérica y se le asocia como un anunciador de las ideas de Ferdinand Saussure. Pero como no nació en Escocia ni en Francia no se le ha dado el sitial que se merece como autor de

Filosofía del entendimiento. Luis Beltrán Saavedra hace un magnífico trabajo cuando describe la forma verdaderamente emotiva en que Don Pedro Grases descubre al sabio Andrés Bello en Chile.

Saavedra Mata no solo hace un trabajo de historiador, sino que se coloca como crítico literario y lo hace con brillo y muy bien. Me pareció muy interesante su trabajo de investigación sobre Don Pedro Grases en el grupo Viernes y las páginas literarias que él dirigió en desaparecido diario El Heraldo de Caracas.

Le voy a solicitar al tesista que abunde un poco más en un trabajo de Grases referido a El problema de la investigación humanística en Venezuela, Escritos Selectos, Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1989. N+umero 144, páginas 456-466, pues tiene una gran pertinencia con los estudios en Cultura Latinoamericana y Caribeña que ofrece la UPEL en Barquisimeto. Tenemos que aprender muchísimo de este ensayo del maestro catalán, pues nos advierte que los estudios humanísticos en Hispanoamérica descansan en la clase, en una tendencia fatal a la oratoria, los apuntes mal tomados por el alumno. Este centro y objetivo debe cambiarse y trasladar la enseñanza de las humanidades desde el aula a la biblioteca, pues es en el contacto del maestro con el discípulo y con los textos en ese lugar de meditación que es toda biblioteca, donde nace una comunión maravillosa entre el profesor y el alumno. Ello requiere de una gran generosidad del docente para poner a disposición de los estudiantes los libros y textos, lo cual no es nada fácil. Esta conferencia de Grases fue dictada en 1966 y ha transcurrido más de medio siglo y es poco lo que hemos avanzado en este particular en Venezuela.

Finalmente le recomiendo al Dr. Saavedra que examine la tesis doctoral del suizo Jean Starobinski sobre Juan Jacobo Rousseau, que se ha considerado como un clásico de la moderna crítica literaria. Editada en 1957 con el titulo de Rousseau: la transparencia y el obstáculo, le dará nuevas ideas a su ya magnífico trabajo sobre el Dr. Pedro Grases. Rousseau, dice Starobinski, ha sido el primero en vivir de un modo ejemplar el peligroso pacto del yo con el lenguaje: la “nueva alianza” en la que el hombre se hace verbo. Una confrontación existencial con el lenguaje. Influyen en Starobinski los filósofos Merleau-Ponty, Jean Hyppolite y Jaques Lacan, así como el freudismo, la fenomenología, el existencialismo y el hegelianismo.

El libro de Starobinski enfrentó el peligro que se le presenta a cualquier clásico: el de ser definitivo. Si un libro resulta demasiado convincente, puede considerarse como el que dijo la última palabra sobre el tema. Este aspecto le resultará sumamente sugerente al Profesor Dr. Luis Saavedra Mata y lo hará meditar sobre tan grave e interesante asunto. Y muy cerca de nosotros, en México, se considera que el Premio Nobel de Literatura Octavio Paz dijo la última palabra sobre Sor Juana Inés de la Cruz, una monja novohispana del siglo XVII, en su inigualable e insuperable Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe.

¿Quién dirá la última palabra sobre don Pedro Grases?

 Carora, Estado Lara, República Bolivariana de Venezuela

16 de febrero de 2018.

 

Luis Eduardo Cortés Riera
Venezolano, nacido en Cubiro, Estado Lara. Doctor en Historia por la Universidad Santa María de Caracas, 2003. Docente del Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Barquisimeto. Cronista Oficial de Municipio Torres, Carora. Miembro de la Fundación Buría. Ganador de la Segunda Bienal Nacional de Literatura Antonio Crespo Meléndez, 2014, con el ensayo: Rafael Domingo Silva Uzcátegui, más allá de la Enciclopedia Larense, Psiquiatría y literatura modernista. Colaborador de las revistas literarias: Archipiélago, de México; Letralia; Carohana; Mayéutica, CISCUVE; Columnista del diario El Impulso de Barquisimeto. Autor: Del Colegio La Esperanza al Colegio Federal Carora, 1890-1937, La gallarda serpentina de El Negro Tino Carrasco; Ocho pecados capitales del historiador; Enciclopedia Temática del Estado Lara; Iglesia Católica, cofradías y mentalidad religiosa en Carora.