Por Luis Eduardo Cortés Riera. cronistadecarora@gmail.com
Es una fecha bastante polémica este 12 de octubre de 1492, que ha creado discusiones muy intensas a ambos lados del océano. Día de la Hispanidad, lo llaman en España; Día de la Resistencia Indígena, en Venezuela; otros, más comedidos, dicen Encuentro de Dos Mundos, otros lo califican como el inicio del más grande genocidio de la historia. Un debate que parecerá casi interminable.
Me referiré en esta ocasión a un aspecto ignorado y que poco se atiende. La expansión de Europa que comenzó en el siglo XIV con portugueses y españoles, solo fue posible a la utilización y empleo de cuatro formidables inventos que no eran europeos: brújula imantada, pólvora, papel e imprenta, cuatro innovaciones técnicas que fueron producto del genio de los chinos de la antigüedad, según sostiene el sinólogo inglés Joseph Needham (1900-1995) en su gigantesca obra en 15 volúmenes Ciencia y civilización en China (1954).
Sin la aguja imantada de los antiguos chinos de la Dinastía Han del siglo III de nuestra era, y el astrolabio o sextante árabe, el navegante genovés Cristóbal Colón seguramente se habría extraviado en las aguas del proceloso y turbulento océano Atlántico y jamás hubiese llegado a la isla de Guhanahaní aquella madrugada octubrina de 1492.
La pólvora era fuego de artificio y de celebración festiva para los antiguos chinos que Europa convirtió en mortal pesadilla. Con esta pavorosa arma de destrucción los turcos asaltaron Constantinopla en 1483 y de tal manera queda abierta la búsqueda de otra ruta de las especias, pimienta, canela, nuez moscada, clavo de olor, que procedían de Catay y Cipango, tal como se llamaba entonces a China y Japón en el extremo oriente.
Desde que Gutenberg imprimió la Sagrada Biblia en 1455 se produjo en el viejo continente una explosión editorial que supuso una ampliación enorme del saber y del conocimiento. Cristóbal Colón conoce gracias a esta genial invención de los chinos en el siglo IX de nuestra era, los mapas de Toscanelli y el libro El Millón de Marco Polo (1254-1324) donde narra el veneciano sus aventuras en la corte del Gran Khan en China en los siglos XII y XIII. Es el primer humanismo de Occidente.
El papel será, como invento chino desde el siglo II de nuestra era, decisivo en la expansión europea desde el siglo XIV. No podemos imaginar imperios tan colosales como el español y portugués sin documentos y ordenes escritas gracias a esta genial invención de Cai Lun, un eunuco funcionario de la corte imperial china. Fue el internet de las colonias del Nuevo Mundo americano. Sin papel no habrá imperio.
Quien se percata por primera vez de este robo y apropiación que hace Europa de estas cuatro geniales invenciones chinas fue el genial filósofo inglés, padre del empirismo y de las reglas del método científico Sir Francis Bacon (1561-1626) quien afirma que gracias a ellas fue sepultada la Edad Media y nace el mundo moderno que nos alcanza y nos amenaza.
Hogaño China e India, colosales superpotencias hasta el siglo XVII, luego de dos brutales y genocidas siglos de colonialismo europeo que las sepultaron y las negaron, tratándolas como inmóviles, bárbaras y atrasadas, como las trataron en su momento Emmanuel Kant, Karl Marx y Max Weber, Fernand Braudel y George Steiner, se vuelven a colocar impresionantemente en lo que siempre fueron desde antiguo, dos grandes e inmensas potencias económicas, políticas y culturales del planeta Tierra. La historia dirá su última palabra en este mundo multipolar que está naciendo.
Santa Rita, Carora, República Bolivariana de Venezuela,
14 de octubre de 2023.