Por Luis Eduardo Cortés Riera. cronistadecarora@gmail.com

Se piensa de manera común y erróneamente que el feminismo es obra del Siglo de las Luces, el siglo XVIII. No es así, pues en Nueva España del siglo XVII irrumpe desde un convento la voz de la primera feminista del continente: Sor Juana Inés de la Cruz. “Desde la perspectiva del espíritu humano, con ella (sor Juana), comienza algo nuevo que todavía no termina: el feminismo, dice Octavio Paz (In/Mediaciones. P. 67). Fue la primera mujer de nuestra cultura que no solo tuvo conciencia de ser mujer y escritora, sino que defendió su derecho a serlo. Seria apasionante emprender un estudio comparativo de las dos grandes figuras femeninas de América durante el periodo colonial: Juana Inés de la Cruz, la Décima Musa mexicana y Ann Bradstreett (Inglaterra 1612- Massachusetts 1672), la Décima Musa norteamericana.” En su tierra fue llamada ‘” The Tenth Muse Lately Sprung Up in America” (La Décima Musa Nacida Tardíamente en América). Fue la primera mujer escritora y poeta estadounidense en editar un libro, enorme acontecimiento de la cultura que sucede en 1647.

Bradstreet fue inusualmente una mujer muy bien educada para su tiempo, tal como sor Juana. Esto le permitió expresarse a través de la poesía. Escribió sobre política, historia, medicina y teología. Su biblioteca personal se estima que habría alcanzado los 800 libros, muchos de los cuales fueron destruidos cuando su casa se incendió el 10 de julio de 1666. Este evento en sí mismo inspiró un poema titulado “Here Follows Some Verses upon the Burning of Our House July 10th, 1666” (Aquí Siguen Algunos Versos sobre el Incendio de Nuestra Casa, 10 de julio de 1666″) donde la escritora intenta reconciliar su fe en un Dios todopoderoso frente a la tragedia que le atañe.

El concepto del eterno femenino (en alemán: das Ewig-Weibliche) fue particularmente importante para Goethe, quien lo introduce al final de su monumental obra Fausto, en la segunda parte. Para Goethe, la “mujer” simboliza la pura contemplación en contraste con la acción como algo masculino. Precisamente en 1804 en el teatro de Goethe, en el segundo Fausto, acto I: Mefistófeles:

Mal de mí agrado descubro el sublime misterio. Hay unas diosas augustas que reinan en la soledad. En torno de ellas no hay espacio y menos aún tiempo. Hablar de ellas es un trabajo. Son las MADRES. Fausto: (sobresaltado) ¡Las Madres! Mefistófeles: ¿Eso te espanta? Fausto: ¡Las Madres! ¡Las Madres! […] ¡Suena eso de un modo tan extraño! […]. Mefistófeles: Y lo es en realidad. Diosas desconocidas para vosotros los mortales, y que nosotros nunca nombramos de buen talante. Para descubrir su morada, puedes cavar hasta lo más profundo […] (Fausto, 265). Y Fausto se hunde en el reino subterráneo de las Madres.

La filósofa y activista francesa Simone de Beauvoir, compañera de Jean Paul Sartre, veía el eterno femenino como un mito patriarcal que construye a la mujer como algo pasivo, erótico y excluido del rol de sujeto que experimenta y actúa. La mujer o más exactamente lo que entendemos por mujer es un producto cultural que se ha construido socialmente sobre el cuerpo sexuado de las mujeres: “no se nace mujer: llega una a serlo”. (El segundo sexo, 1949)

Fue el sabio suizo Johann Jakob Bachofen (Basilea 1815-1887) quien descubre de manera científica y se hace pionero de estudios de la mujer, descubre la ginecocracia como primer gobierno de la humanidad, se constituye en un profeta del retorno de las Madres en la segunda mitad del siglo XIX. Dice el malogrado Walter Benjamin: “Como un volcán, cuyo potente cono ha sido provocado por fuerzas subterráneas, que desde entonces han dormitado mucho tiempo, la obra de Bachofen ha representado durante medio siglo una masa imponente, y sin embargo apagada” El resultado de su incansable investigación fue la obra monumental Matriarcado (1861), de más de mil páginas, con un subtítulo que precisa mejor el tema: Investigación sobre la ginecocracia del mundo antiguo en sus aspectos religiosos y jurídicos. Concluyó el trabajo conectando el derecho arcaico de la madre con la veneración cristiana a la Virgen María. Las conclusiones de Bachofen sobre las sociedades matrifocales arcaicas todavía encuentran eco hoy en día. La sociedad moderna patriarcal ha sepultado a la sociedad matrifocal. Espera su retorno.

Desde la perspectiva del espíritu humano, con ella (sor Juana), comienza algo nuevo que todavía no termina: el feminismo, dice el mexicano Octavio Paz. Fue la primera mujer de nuestra cultura que no solo tuvo conciencia de ser mujer y escritora, sino que defendió su derecho a serlo. Sería apasionante emprender un estudio comparativo de las dos grandes figuras femeninas de América durante el periodo colonial: Juana Inés de la Cruz la Décima Musa mexicana, y Ann Bradstreett, la Décima Musa norteamericana.”

Pero lo más seguro será que Bachofen haya desconocido el poema Hombres necios que acusáis, de sor Juana Inés de la Cruz, donde expone la desigualdad y la injusticia de los cuales es víctima la mujer a través del machismo y la discriminación femenina. El tema principal del poema es la crítica a la postura del hombre ante la mujer, su actitud hipócrita, egoísta e impulsiva, ante el cual sor Juana Inés de la Cruz deja muy claro su desacuerdo. Veamos en extenso tan extraordinario poema:

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana;
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejáos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

La hispanista estadounidense Dorothy Schons (Saint Paul, Minnesota 1898- Austin, Texas,1961) primera erudita de la vida y obra de sor Juana Inés de la Cruz, considera que la religiosa novohispana es la iniciadora del movimiento feminista en América doscientos años antes que la sufragista estadounidense Susan B. Anthony (1820-1906). A pesar de sus publicaciones y su trabajo reconocido en México y España, sus colegas masculinos de la academia estadounidense votaron en contra de que lograra una plaza titular en la Universidad de Texas en Austin, donde dio clases durante varias décadas, siendo reconocida por su “audacia” en la época al ser una mujer en la universidad enseñando literatura creada por otra mujer. Debemos a Dorothy Schons la primera tentativa por insertar la vida y la obra de Sor Juana en la historia de la sociedad novohispana del siglo XVII.

La erudita norteamericana trató de comprender el feminismo de la poetisa como una reacción frente a la sociedad hispánica, su acentuada misoginia y su cerrado universo masculino, dice Octavio Paz, “No solo era feminista, dice la erudita estadounidense de Sor Juana, sino también una escritora de gran encanto y distinción, y una de las mujeres eruditas más destacadas del mundo colonial de Nueva España. Destacó Schons de la religiosa mexicana su enorme preparación y gusto musical, su concepción universal simpática y pneumática de la música, todo lo cual sólo conocemos tangencialmente, pues su libro sobre solfeo, teoría y armonía El Caracol ha desaparecido. Ojalá que sea encontrado alguna vez.

Se suicidó Dorothy Schons el 1° de mayo de 1961 con un arma de fuego en su apartamento de Austin, víctima de los mismos males que sufrió al final de su vida Sor Juana: el machismo. Uno de sus persecutores fue el ferviente católico ultramontano Alfonso Junco, a quien escribió una Carta abierta al señor Alfonso Junco, en 1934, tal como Sor Juana escribió Repuesta a Sor Filotea de la Cruz, en 1691, defendiéndose del misógino obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, defendiendo el derecho de la mujer a educarse y su derecho a interpretar las Escrituras.

Dorothy Schons fue poco apreciada académicamente por sus colegas masculinos, y afligida por la muerte de su hermana Emily, entrega los libros a la Universidad que la suspendió y a la que había entregado cuatro décadas de intenso trabajo, para luego tomar tan extremada decisión de quitarse la vida. Su interés en la religiosa novohispana era su propia lucha por imponerse como mujer intelectual en Estados Unidos. Sufrió al cabo de casi tres siglos de parecidas alienaciones y limitaciones derivadas de un mismo hecho: el de ser mujer. Un paralelismo en el asedio que sufrieron ambas mujeres con tres centurias de por medio es verdaderamente sorprendente y asombroso.

Carora, República Bolivariana de Venezuela.

Septiembre de 2024.

Foto cortesía del autor

Luis Eduardo Cortés Riera
Venezolano, nacido en Cubiro, Estado Lara. Doctor en Historia por la Universidad Santa María de Caracas, 2003. Docente del Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Barquisimeto. Cronista Oficial de Municipio Torres, Carora. Miembro de la Fundación Buría. Ganador de la Segunda Bienal Nacional de Literatura Antonio Crespo Meléndez, 2014, con el ensayo: Rafael Domingo Silva Uzcátegui, más allá de la Enciclopedia Larense, Psiquiatría y literatura modernista. Colaborador de las revistas literarias: Archipiélago, de México; Letralia; Carohana; Mayéutica, CISCUVE; Columnista del diario El Impulso de Barquisimeto. Autor: Del Colegio La Esperanza al Colegio Federal Carora, 1890-1937, La gallarda serpentina de El Negro Tino Carrasco; Ocho pecados capitales del historiador; Enciclopedia Temática del Estado Lara; Iglesia Católica, cofradías y mentalidad religiosa en Carora.

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