Si buscas en los diccionarios que es el otoño, encuentras numerosas descripciones de lo que representa esta temporada del año. Indican, entre otros, que es la tercera temporada del año, que, en el hemisferio norte, es el enlace, o más bien, transición entre el verano y el invierno. Y que corresponden a los meses de septiembre, octubre y noviembre.
Pero en realidad su nombre debería ser “colorido”, ya que es la época del año en que se aprecian distintos colores de las hojas de los árboles. Y es que cada uno de ellos pintan de un color distinto.
Es realmente maravilloso poder apreciar como un mismo árbol se va transformando y va cambiando el color de su follaje hasta quedar despoblado de las hojas que poseía. En ese momento uno entiende porque al otoño los americanos lo llaman también “Fall”, porque es la época de la caída de las hojas.
Una cosa maravillosa que sucede en esta época del otoño es que vas descubriendo como están pobladas ciertas áreas, toda vez, que en la medida que van desapareciendo las hojas, puedes apreciar cuantas construcciones se encontraban ocultas detrás de los frondosos árboles.