Autor: Edecio R. Riera M.
Comenzaba un nuevo año, todos preparándose para recibir las peticiones que habían formulado y pacientemente aguardaban hasta que se hicieran realidad. Transcurría el mes de enero de 1956, era un día normal como cualquier otro. Entre las ocho y las once de ese día sábado de una mañana soleada, un poco fresca a lo mejor porque había terminado el período de invierno y prácticamente se iniciaba la primavera, aun cuando, aquí no se dan las estaciones como en otros Continentes. Simplemente: Invierno y Verano.
Se pudo observar con mucha extrañeza o con una exagerada admiración, que millones de mariposas aparecían en el espacio de la calle principal de San Francisco, de aproximadamente doce metros de ancho y en dirección Oeste-Este.
No pasó mucho tiempo y ese lugar fue invadido por una gran masa de seres que volaban y sobrevolaban; haciendo piruetas, acrobacias y maromas; posiblemente se dirigían hacia el centro del pueblo.
Como un espectáculo inédito, único y visible a todos. Una gran multitud de varios tamaños y de múltiples colores. Las que más se destacaban: las blancas y amarillas, porque la irradiación del sol sobre ellas las hacían sobresalir entre las demás, como más brillantes y más grandes. El revolotear de esos seres daba la sensación del titilar de muchas constelaciones de un cielo muy estrellado.
Otra impresión captada por otros observadores que comentaban en forma amena: Que alguien pudo haberlas hecho volar a todas al mismo tiempo, haciéndolas salir de su hábitat, otros, que se asustaron muchísimo por los estruendos producidos por una serie de truenos muy graves y estridentes, más los centellazos y relámpagos persistentes con mucha intensidad lumínica; como si se tratara del Catatumbo. Otra impresión. Otra impresión que se dejó oír fue: que se reunieron para dar un paseo o emprender “El vuelo nupcial de las mariposas”
Una escena de singular e impresionante belleza, la danza que ellas ejecutaban; los movimientos ondulantes perfectamente sincronizados al vaivén del ritmo cual Himno de la Alegría de Beethoven o la musicalidad que produce la brisa al rozar con las hojas de los árboles, con las alambradas de las cercas, puertas y ventanas de las casas y con las cuerdas de los postes del servicio eléctrico y con cuanto objeto encontrado en el camino andado.
Pero quizá lo que más impactaba se preguntaba la gente adulta y entre ellos varios niños que compartían con ellos ¿De dónde había salido esa gran cantidad de mariposas? ¿Cómo hicieron para coordinar esa excelente y peculiar manifestación de equilibrio, de gimnasia rítmica al revolotear en el espacio y tiempo sin ninguna dificultad, en el trayecto descrito y en una excelente gesticulación cual equilibristas, como si se tratara de una marcha sin retorno o simplemente estaban migrando a otro lugar en busca de una mejor condición para su hábitat o en todo caso; huir de un clima muy adverso, e inhóspito.
Otra pregunta que surgió entre el grupo de observadores a esa espectacular estampida de infinitos insectos, que en excelente armonía y con una especial coordinación en los gestos que articulaban al viajar por esa calle como la vía seleccionada, con el objeto de realizar ese viaje.
Seguro que van a cruzar en la Plaza Bolívar y luego tomar la vía hacia El Zuzucal, La Candelaria con destino a Carora.
Así fue comentaron otros vecinos que estaban ubicados en el centro del pueblo y que también habían visto ese gran espectáculo de danza artística en el aire. Una hazaña increíble, semejante a un gran manto o a una inmensa alfombra estampada que flotaba en el espacio. Prosiguieron el vuelo en la misma dirección _ Acotaron otros vecinos. Esa fue la vía que seleccionaron para emprender ese recorrido. Comentaron otros ciudadanos que percibían con mucho interés ese gran recorrido en perfecta armonía.
El profesor de Educación Musical, estando en un lugar de la Plaza Bolívar, compartía en forma amena con unos amigos que también observaban ese hermoso, inmenso y caudaloso río danzante de insectos multicolores; de una migración de millones de lepidópteros. _Comentó. Este acto es tan similar al de un trazado de un grandioso, majestuoso e infinito pentagrama a lo largo de toda la calle y más allá; donde todos estos seres son capaces de dibujar con el revolotear las figuras de las notas musicales. Por Ej. Observen esa pirueta trazada por las más grandes y las de colores. Esa es la clave de Sol y aquella es la clave de Fa. Las medianas van trazando las redondas, las blancas y las negras. Observen como las amarillas dibujan las Fusas y Semifusas. Las pequeñitas fungen de tiempos y espacios. Esto es increíble, fantástico impresionante, espectacular. _Concluyó el profesor. Digno de un artista que produce ilusiones mediante artificios.
¡Ah ¡ dijeron otros pobladores: van a visitar y saludar al maestro Alirio Díaz, quien regresó la semana pasada de Italia luego de su magistral y exitosa gira por el viejo Continente. Es propicio esa oportunidad para que el maestro les interprete el poema de Myriam Rous “Vuelan las mariposas” y del maestro Vicente Emilio Sojo “Adiós Maripositas. Son hermosas piezas musicales con sonidos muy agradables al oído, de una singular belleza armónica y rítmica. El maestro Alirio Díaz, al ejecutar la pieza del maestro Sojo, se refería a que esta obra musical contenía una armonía excepcional y con una cualidad que exalta en su más alto nivel el carácter de una sensibilidad inimaginable que produce en el ser humano un estado de éxtasis que lo traslada a otras dimensiones etéreas, donde la magia de del arreglo musical, la forma rítmica y la composición como tal, son de impresionante calidad estética, de una ternura sin igual; características de las caciones de cuna.
Esa pieza, al maestro Sojo siempre le recordaba sus vacaciones de infancia, cuando solía ir de visitas a recrearse de diversos lugares. Más en esos sitios podía contemplar la gran variedad del ambiente natural del paisaje geográfico de este país maravilloso, Venezuela.
La multitud de insectos, una vez que pasaron por Candelaria y visitaron al maestro, continuaron en esa travesía hacia La Rosalía; para proseguir por Muñoz y de ahí, tomar la vía de Altagracia, Pedernales con destino hacia el estado Falcón, como la ruta de migración.
El lunes siguiente de esa semana, la docente María de Lourdes, maestra de cuarto grado de la escuela Simón Planas, disertaba con una clase magistral sobre el paso de las mariposas por el pueblo de San Francisco. Por otra parte _ Se refería la maestra_ El estado Falcón tiene fronteras con otros países del Caribe y es oportuno esa ventana para iniciar grandes migraciones como siempre lo han hecho y lo hacen; algunos peces, aves. Los ñu en el Continente Africano que recorren miles de kilómetros, inmensas distancias al intentar efectuar esa recorrido en ese trayecto muchísimos de esos seres fenecen y un grupo considerable siempre llega a su destino.
_Continúa la maestra_ Tal vez esa ruta al estado Falcón significaría de algún modo; cambiar de ambiente y explorar nuevos horizontes que les permitiera un nuevo modo de vida y a la vez que les proporcionara la garantía de la existencia de la estirpe o el linaje de esos preciosos lepidópteros.
¡Ese es su nombre científico! y comúnmente les llamamos mariposas o taras.
Aunque el paisaje falconiano es muy similar al larense, no obstante, ese estado tiene un amplio paisaje marítimo y su clima es mucho más húmedo que el nuestro.
Lo admirable de estas migraciones es que no se requiere un visado, ni pasaporte, ni permisos especiales. No existen fronteras, ni límites que les impidan entrar a otro país o salir del mismo.
No existen leyes, normas, ordenanzas que obstaculicen estos grandes movimientos migratorios; que van en busca de constituir una nueva generación, localizar nuevas fuentes alimenticias, conservar sus especies, regular su población o huir de una problemática muy hostil o dejar su existencia en el camino.
Con la llegada de la primavera, los arbustos, árboles y todo toda planta vegetal que produzca flores, se inicia con la inflorescencia. Flores de diversos tamaños y de todos los colores y una agradable fragancia aromática. Esta cualidad de la flora propicia en el ambiente, que millones de esos insectos sean atraídos y tomen el pólen, depositen sus huevos y se cumpla el ciclo de la vida.
La metamorfosis, la cual es un proceso natural, donde esos seres luego de aparearse, ponen sus huevos; se convierten en larvas y por supuesto, se transforman en orugas para dar nacimiento o vida a esos nuevos y preciosos lepidópteros.
Recuerden ustedes que estos insectos se caracterizan por tener el cuerpo dividido en tres regiones: cabeza, tórax y abdomen. Respiran por las tráqueas, tienen tres pares de patas y un solo par de antenas. Cuatro alas cubiertas de escamas.
Misia, ¿pero ellos viven en el estado Falcón? _ Pregunta un estudiante_ L a verdad es que no sé. Tampoco sé si están regresando a ese estado o van hacia él; en esa excelente y gran migración…Estos seres con alguna frecuencia emprenden larguísimos viajes con el objeto ya ampliamente informado.
Investigar: ¿Qué son los lepidópteros?, Qué es una migración? Y Realizar un dibujo libre que contenga por lo menos una mariposa.
De CUENTOS DE MI COMARCA SAN FRANCISCO No 1
Foto cortesìa del Dr Luis Eduardo Cortes Riera