Un grupo de entusiastas estudiantes del Sistema Universitario Ana G Mendez, quienes debian presentar un trabajo de tesis para su clase de español, dictada por el profesor Arturo Vega, invitaron a Jorge Muñoz “El Angel de Queens” a la sede de la Universidad, para conocer su historia y escuchar su mensaje.
“Colombia” como llaman a Jorge en su vecindario, es una persona sencilla y humilde pero con un gran don de dar. Un hombre cuyo principal interés es el bienestar de los más desprotegidos, de los que tienen hambre.
Jorge Muñoz, es un inmigrante colombiano, quien vive en el Bronx, en New york desde hace más de 20 años. Un hombre de baja estatura, conductor de un autobús escolar, quien al terminar su jornada de trabajo, se prepara para iniciar otra, llena de anécdotas y satisfacciones.
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Cada noche, cerca de las 9 y media de la noche, Jorge sale en su camioneta a repartir comida, gratuitamente, a más de 130 personas. Comida que prepara en su casa con la ayuda de su madre, su hermana y sobrino, lo cual ha venido haciendo durante los últimos seis años. Contando sus anécdotas, nos resalta que su mayor satisfacción es “arrancarle una sonrisa al hambre”. Muñoz ha sido reconocido por los medios de comunicación por la labor que realiza, y gracias a ello, y en especial al New York Time que saco un primer artículo sobre lo que hacía, y luego a CNN, que lo reconoció como héroe, ha recibido muchas donaciones, con lo cual continua día a día esa hermosa labor que ha emprendido. En el año 2009 fue nominado al premio “Héroe 2009” que otorga CNN, llegando entre los 10 finalistas, siendo el único latino. En el mes de agosto, recibió de manos del presidente Obama, la Medalla Presidencial para Ciudadanos, (Presidential Citizens Medal) que es el segundo reconocimiento de más rango para civiles en los Estados Unidos. Esto ha representado para él un gran orgullo al igual que para toda su familia y para su país.
Hombres como Jorge Muñoz son ejemplo del valor y tenacidad de muchos inmigrantes que lejos de su tierra materna, van sembrando su semilla y dedican horas de su vida a los más necesitados, a servir a su comunidad.
Fuente: Edición 4 Aldea Magazine