Por Yvonne Salas
Estoy cada día recibiendo más y mas llamadas de madres angustiadas porque cuando se sientan en familia a cenar, ven a sus hijos utilizando unos modales que demuestran un desconocimiento total de los modales básicos de mesa.
Me preguntan que pueden hacer para cambiar esos patrones, como hacer para contrarrestar esos modelos de conducta que imitan de sus amigos y que hacen de las comidas en familia momentos desagradables, en lugar de una oportunidad para compartir y conversar sobre lo que han hecho durante el día.
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La respuesta es muy sencilla, debemos aprovechar el momento para reforzar las conductas que queremos convertir en hábitos. Hay padres que consideran que no es ese el momento oportuno para hacerlo. Yo difiero, porque recordemos que el aprendizaje más profundo, tiene lugar cuando ponemos en práctica lo que hemos aprendido de manera cognitiva.
Opino que mientras se haga con cariño, de buenas maneras, basados en el amor que sentimos por nuestros hijos, y por nuestro deseo de que sean lo mejor que puedan ser, debemos aprovechar la oportunidad vivencial e indicarles los comportamientos y la razón por la que se esperan de ellos.
Al iniciar la enseñanza de modales de mesa, debemos recordar que los expertos opinan que se requiere de por lo menos 21 días de repetición de una tarea para convertirla en hábito. Así que manos a la obra e iniciemos con las siguientes recomendaciones básicas:
Sentarse derechos
No poner los codos en la mesa
Masticar con la boca cerrada
No hablar con comida en la boca
No estirarse para alcanzar un objeto
No olvidar decir por favor y gracias
No levantarse sin pedir permiso para retirarse