El mundo está entrando en una nueva etapa energética: la era de la electricidad. De esta forma lo ha bautizado la Agencia Internacional de la Energía (AIE). A medida que la sociedad avanza hacia un futuro más sostenible, las fuentes de energía limpias están tomando el protagonismo frente a los combustibles fósiles. Este cambio es clave para reducir el consumo energético y mitigar los efectos del cambio climático.

¿Cuándo terminará la era de combustibles fósiles?

De acuerdo con la AIE en su informe World Energy Outlook 2024, se prevé que la demanda de combustibles fósiles, como el petróleo, el gas y el carbón, toque techo alrededor del 2030. A partir de entonces, comenzará una reducción gradual debido al avance imparable de las tecnologías limpias y a la sobreproducción de estas materias primas.

Este cambio acelerará la transición hacia un modelo energético basado en la electricidad, donde la mayor parte de la energía provendrá de fuentes renovables.

Sin embargo, la transición no será igual en todas partes. Mientras que China y otras economías avanzadas lideran el cambio, muchas economías emergentes aún enfrentan barreras importantes para la implementación de energías renovables.

¿Cómo transformarán las energías renovables el futuro energético?

Las renovables ya están jugando un papel crucial en esta transformación. Tecnologías como la energía solar y eólica están creciendo a un ritmo sin precedentes, y se espera que representen más de la mitad de la generación eléctrica mundial para 2030.

Esto no solo ayudará a reducir la huella de carbono global, sino que también estabilizará los precios de la energía, ofreciendo una alternativa más segura y barata frente a los combustibles fósiles.

Proyección de Energías Fósiles y Limpias hacia 2030

Fuente de Energía

Proyección para 2030

Impacto en Precios

Observaciones

Petróleo

Exceso de oferta desde 2025 y pico de demanda en 2030; declive progresivo después.

Caída gradual: 72$/barril en 2030, 60$/barril en 2050

Relacionado con el aumento de la electrificación y crecimiento de coches eléctricos.

Gas Natural

Expansión del 50% en capacidad con crecimiento lento de la demanda. Exceso de capacidad principalmente en Asia e India.

Caída de precios, especialmente en la UE hacia 2030.

Demanda menor de lo previsto, lo que provoca exceso de oferta.

Energía Solar

Crecimiento del 76% en capacidad manufacturera en 2023; demanda en aumento, con China liderando el crecimiento.

Mayor competitividad frente a combustibles fósiles.

China podría generar más energía solar que toda la demanda de EE.UU. en 2030.

Energía Eólica

Aumento del 22% en capacidad de turbinas; expansión continua hasta 2030 con crecimiento constante de la demanda.

Estabilización de precios.

Junto con la solar, cubrirá dos tercios de la producción limpia mundial.

Además, los vehículos eléctricos están experimentando una expansión rápida, y se espera que representen el 50% de las ventas globales para 2030. Este crecimiento significativo está reduciendo la demanda de crudo, lo que contribuye a la transición hacia un sistema de transporte más limpio.

A largo plazo, los vehículos eléctricos competirán en términos de competitividad con los coches convencionales, ofreciendo una alternativa más sostenible. China lidera este mercado, impulsando la transición global, aunque la infraestructura de carga sigue siendo un desafío crucial que deberá resolverse para garantizar una adopción masiva y efectiva de estos vehículos en todo el mundo.

Cómo aprovechar esta nueva era energética

Para aprovechar al máximo esta nueva era de la electricidad, tanto gobiernos como consumidores deben actuar de manera estratégica. Los precios más bajos del petróleo y el gas que se esperan a partir de 2030 pueden representar una oportunidad para impulsar el uso de tecnologías más limpias y accesibles, facilitando también la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles.

A su vez, la pérdida de rentabilidad para muchos productores de combustibles fósiles hará imprescindible redirigir las inversiones hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. Es crucial también acelerar la inversión en redes eléctricas inteligentes, sistemas de almacenamiento y la infraestructura necesaria para centros de datos, que cada vez consumen más electricidad debido al creciente uso de la Inteligencia Artificial (IA), para asegurar la estabilidad y resiliencia del sistema energético.

Asimismo, el desarrollo de tecnologías como el hidrógeno verde y la captura de carbono jugarán un papel fundamental en la descarbonización de sectores difíciles de electrificar, como el industrial y el de transporte pesado.

Fuente: papernest.es

Artículo y fotografia cortesia de:

Lucie Gaillard

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