Autor: Edecio R. Riera M.
Algunos vecinos que habitaban muy cerca de la señora Luz María Loreto, siempre se referían a esa familia como muy conflictiva, uno porque la pareja en forma constante entraba en grandes discusiones con su esposo por el consumo de aguardiente. En muchas ocasiones se convertía en un ser muy agresivo, necio, impertinente y grosero. Varios vecinos se habían enemistado con esa familia por esa causa.
De igual modo su hijo mayor, desde muy temprana edad tuvo muchos problemas en la escuela, por su mal comportamiento. Diversos fueron los castigos aplicados en su tránsito por la escuela. No pudo sacar el tercer grado, pues era muy altanero, prepotente, grosero, no hacía los deberes, irresponsable. Esta conducta implicaba castigos tras castigos y del mismo modo en su hogar se los complementaban. Esa actitud no mejoró para nada. Fue retirado y se le advirtió que debía ponerse a trabajar, si no quería estudiar.
No esperó la mayoría de edad y en plena adolescencia ya tenía encima varias borracheras y por supuesto, su actitud desde niño se reflejó con mayor fuerza en su nueva etapa. Comenzó a tener problemas con sus familiares y vecinos. Muchas fueron las peleas, las camorras, los insultos. Los inconvenientes se iban acrecentando cada día y optó por irse a trabajar en algunas haciendas alejadas de su pueblo. No obstante, al regresar a su casa y era objeto de los palos de aguardiente. Se prendían de nuevo las discusiones, las ofensas, las agresiones, en fin toda una problemática hostil.
Otras personas, vecinas de la señora Luz María, comentaban que cuando ella quedó en cinta, notó algo muy extraño en su vientre, ya que ese embarazo era muy distinto a los seis anteriores. Transcurrían los primeros meses, ella se quejaba que el niño se movía demasiado, daba muchas pataditas y golpes como si quisiera salirse antes del tiempo. Una vez contó que hubo una discusión muy tensa en su hogar por un problema familiar: puñetazos, insultos, graserías y muchos objetos rotos por los golpes dados. Ese día pensó que podía abortar, debido a que los movimientos eran tan contundentes; que se sentía tan adolorida en la zona baja del abdomen. Ella mostró la barriga a sus familiares para que observaran las ondulaciones que se producían con mucha intensidad. También cuando colocaban u oían música mejicana y en especial, las rancheras. Era insoportable esa acción, los movimientos acelerados con una velocidad que aumentaba a cada instante.
Cuando la señora Luz María entró a los siete meses, los golpes eran tan intensos y con tal persistencia, que le consultó a la comadrona del pueblo, la partera le comunicó: prepárese que va a dar a luz. Es un varón por la forma redondeada de la barriga. A las siete de la noche voy a su casa, tenga todo listo. No se equivocó. La señora trajo al mundo un niño de siete meses. Hubo que darle tres nalgadas para que el niño llorara.
Luego del nacimiento del niño se le hizo el proceso normal que se estila en estos casos, se le entregó a la madre. Se le dio algunas orientaciones especiales por el solo hecho de ser sietemesino, entre ellas: manténgalo bien abrigadito, pegado a su cuerpo para que le de calor. ¡Ah Nació con los ojos abiertos! ¡Es muy inquieto y está bien! Póngalo a mamantear y en las mañanas, que lleve un poco de sol porque está un poco amarillo. _Le dijo la partera.
El niño se recuperó muy rápido, se notó que inmediatamente aumento de peso e inició el proceso de crecimiento. Fue muy sano.
A los pocos días fue presentado en el Registro Civil. ¿Cuál es el nombre que le va poner? ¿Cómo se va a llamar? _ La madre respondió. Fran Sixto Meleal Loreto. Así quedó registrado. Poco tiempo pasó y los familiares lo llamaban por el diminutivo “Francisquito”.
En los primeros años de su vida, se caracterizó como muy travieso. Es la primera manifestación de un afecto que constantemente exteriorizaba. Para su temprana edad, era muy protestante, se lanzaba al piso cuando pedía algo y no lo conseguía; le daba patadas al piso, golpes con su cabeza a las paredes de su casa; lloraba en un tono muy alto. Esa actitud lo fue conduciendo hasta convertirse en un perfecto manipulador, chantajista; que le permitía asirse a través de esas tácticas, con el propósito de conseguir lo que se proponía.
Posteriormente en el ámbito escolar, se fue afianzando la conducta Biopsicosocial. Su rebeldía se iba acrecentando de una manera progresiva, quizá porque su estadía en la escuela era castigado a cada momento, debido a que por su astucia engañaba, manipulaba, chantajeaba a sus compañeros de estudios o porque le quitaba el lápiz, el borrador, la merienda entre otras cosas. Por esa actitud le aplicaban diversos castigos: coscorrones, la palmeta en la mano, lo hincaban sobre arenilla en un rincón del salón. Estos castigos se complementaban en el hogar, ya que, los padres y representantes; al saber que sí el maestro castigaba a un estudiante, era una evidencia de su mal comportamiento y los padres aplicaban un castigo adicional.
Para la época de Francisquito, en esas comunidades no existían: Médicos, Psicólogos, Psicopedagogos, ni Psicoterapeutas, para tratar esos casos. Los docentes, actuaban como era norma. ”La letra con sangre entra”. Empero no se detenían a observar en forma particular a los niños, todos se suponían que eran iguales. Es posible que algún estudiante manifestara alguna sintomatología inadecuada, inusual. Esto bastaba para que fueran etiquetados, reprimidos y marcados cual hierro candente: Ese niño es mala conducta, desobediente, reprochero, malcriado y todos los epítetos que se les ocurrieran. No se reparaba en nada. (La Educación Tradicional).
Posiblemente un niño tenía un problema visual, auditivo, motor, psicológico o era un superdotado. Esto hoy en día son considerados problemas de discapacidad y todos tienen solución y tratamientos. Empero, el muchacho para esa época era bruto, no hace las tareas bien, copia mal, cambia los colores y tiene mala conducta…
¿Cuántos niños han sido frustrados? ¿Cuántos, Pedro Adrián, Alirio Díaz o Alì Lameda se hubiesen conocido y destacado en esta comunidad?
Estando en la adolescencia temprana, Francisquito se fue a trabajar en las haciendas cercanas a su hogar. La audacia de este personaje fue increíble, tenía un aura cual atmósfera inmaterial que rodea a ciertos seres. Su atrevimiento y determinación no establecía límites. Su razonamiento, su artificio para convencer con mucha frescura. Un planteamiento formulado, dejaba boquiabierto al interlocutor. Conseguía lo que se proponía y al lograrlo se marchaba de ese lugar. De esa manera con su ardid estafó a muchos; sin embargo, el perjudicado que de buena manera confió en él, ya era demasiado tarde, estaba muy lejos.
Así anduvo un buen tiempo: Dinero, Mujeres, Licor y Juegos de envite y azar nadie le ganaba.
Un grupo de estafados que formularon las denuncias, ante las autoridades, sirvió para que se iniciara la sustentación de un gran expediente, producto de sus incursiones. Una vez cayó preso en la cárcel de su pueblo, pero los policías, los guardianes, también fueron objeto de su gran habilidad para asirse de cuanto podía cambiar, comprar, vender o prestar. Incluso quitarse las esposas cuando era detenido, fugarse sin que se dieran cuenta las autoridades. Fue su manera de actuar. Un actor, con una estratagema sin igual, con un paralogismo que no se notaba su razonamiento falso.
El expediente continuó abultándose. Cada vez más aumentaba el grupo de personas que eran estafadas o perjudicadas con un negocio sin garantías, Ese era él.
¿Quién lo enseño? ¿Dónde aprendió a actuar así? ¿Conoció a alguien que actuaba en forma similar? No, construyó su propio espejo.
Disfrutando de una de esas parrandas, se armó una discusión porque el amigo citado no le canceló lo que le había prestado. Se fueron a las manos e hirió a su contrincante con un arma blanca, por poco lo mata. Huyó del lugar, la policía lo pudo ubicar, lo detiene y es enviado a la Cárcel de Barquisimeto “Las tres torres”, luego de haberle hecho un juicio con el expediente que se le había armado. Estando detenido, hubo que rotarlo a otras cárceles entre ellas la de San Juan de los Morros. Tampoco pudo convivir con los privados de libertad de ese recinto carcelario. Las autoridades deciden trasladarlo a El Dorado, en ciudad Bolívar, una cárcel de máxima seguridad. Se decía que nadie se podía fugar, por ningún lado y mucho menos si lo hacían por el Río Orinoco, porque se exponía a que se lo comieran los caimanes y los peces caribes. Se dejaba entre ver que si alguien se fugaba, automáticamente recuperaba la libertad. ¿Significaba un reto? Él tuvo la intrepidez, el atrevimiento, el maquiavelismo y logró fugarse. Quizá por complicidad interna, pudo haber sido la hipótesis que manejaron las autoridades con más peso, empero, ¡se fugó! Al poco tiempo regresó a su pueblo, no se amilanó, continuó con sus prácticas, además, fabricaba anillos de oro y plata con monedas, zarcillos, cadenas y otros objetos que le solicitaba a sus clientes. Es posible que esas prendas que construía fuese una aleación con otros minerales. Leía las cartas a las personas, le predecía el futuro de lo que les pasaría a su vida en un futuro. Ahí estaba presente la astucia. (Si no quiere que le suceda eso), Yo lo puedo ayudar.
Montó un consultorio, recetaba a muchos que creyeron en él. Les fumaba el tabaco para alejarle los malos espíritus. Incursionó en la práctica esotérica. Del mismo modo se dedicó a preparar medicamentos hechos con las partes de las plantas. Preparó brebajes, jarabes, infusiones para tratar los casos que le consultaba: Miel de abeja, melaza, licor, cristales de zábila, eran los componentes de sus medicamentos. Vendía amuletos e imágenes de santos: María Lionza, La Virgen María, San Antonio, entre otros.
Su vida se extinguió muy temprano, no alcanzó llegar a los cincuenta por una penosa enfermedad que adquirió en sus múltiples andanzas de mucha turbulencia. Fue un ser muy inteligente, muy audaz, osado hasta no poder; muy elocuente. Un líder nato ¿Qué tal, Si alguien o alguna institución lo hubiese aconsejado, conducido o direccionado por un camino distinto; para hacer el bien a favor de sí mismo, de su familia y de la sociedad?