Autor: Edecio R. Riera M.
Carora y el municipio G/D. Pedro León Torres, así como muchísimos pueblos de este país, han registrado en las páginas de la historia, una gran cantidad de poetas populares, los cuales, en la gran mayoría de los casos se han autoformado, en esta disciplina tan importante y fundamental de la literatura, siendo prácticamente analfabetos. Son personajes que escasamente tuvieron acceso a lo que se conoció como las primeras letras. Se pudiera afirmar que no fue indispensable la escuela para esos artistas de la expresión literaria y en esos tiempos, por cuanto, fue muy difícil poder accesar y por otra parte las que existían eran mínimas y además se tenía que costear el transito gradual en ellas, porque, las pocas instituciones educativas, solo impartían clases hasta tercer grado. El pobre no podía darse el lujo de estudiar, porque no poseía los recursos para ello, la educación escolar estaba reservada para muy pocos, especialmente para los que poseían bienes y recursos económicos.
Estos seres excepcionales llamados bardos, fueron autodidactas y empíricos, cultivaron un don muy significativo en ese arte. Su creatividad e inventiva fue genial, al componer expresiones poéticas con una cualidad artística muy singular. Estos poemas siempre estaban relacionados con el medio ambiente donde frecuentaban.
El amor como fuente espiritual para la creación vivencial, el paisaje con sun fauna y su flora. La amistad como una característica sublime y universal. El regionalismo expresado en sus versos como algo simbólico, se estableció como una cualidad que se resaltaba con mucho énfasis, por supuesto, la cotidianidad también fue el gran momento para la creación; enlazándola con muchos elementos del acontecer donde ellos solían andar.
El caso que hoy nos ocupa, se trata del poeta Marco Aurelio Rojas, quien nació en Carora el 08 de mayo de 1888.
“No se tiene testimonios de haber cursado estudios escolares elementales. Aunque seguramente ha debido recibir básicas instrucciones en primeras letras por parte de algunas personas de su entorno familiar o de la comunidad.
La Diosa de la fortuna no le otorgó un destino de opulentos haberes en su condición de humilde, hijo natural. Sin embargo Calíope, Diosa de la poesía y una de las nueve musas le concedió el alto vuelo de su fantasía que sobre pasó los límites mundanos para encumbrarse luminosamente hasta llegar a ser el “Señor de la perfecta poesía” en el cultivo de las letras.
Correo de Lara.com Omar Garmendia. Cronista y escritor.
El poeta Marco Aurelio, fue un personaje que siempre estuvo muy solicitado por algunos señores que se consideraban sus admiradores o fanáticos. Estos encuentros normalmente sucedían en un botiquín, tabernas u otro lugar donde se consumía licor. Era una característica la presencia del poeta en esos sitios, ya que, esos señores no se equivocaban y tenían la seguridad, que en cualquiera de esos espacios lo abordarían para compartir con él y deleitarse con sus poemas libertinos, humorísticos y muchas veces grandilocuente y fabulosos.
Estos fans del poeta, tenían ese privilegio de poder oír y disfrutar la poesía de este gran artista popular de las letras, estas personas eran adineradas, dueños de grandes extensiones de tierra y ganado, por lo tanto, poseían recursos económicos suficientes para costear el licor que consumían y compartían algunos palitos con el bardo caroreño.
“Para Ramón Queráles (1982. P.135) la poesía de Marco Aurelio Rojas se inscribe dentro de la senda de la escuela Modernista, la cual siguió en forma lúcida y meritoria durante toda su vida, siempre con la imagen regionalista del paisaje, pinceladas y notas del terruño tan querido para él.
Su obra poética y en prosa fue amplia y desarrollada fundamentalmente en la prensa de ese entonces como el periódico “La Palabra” y los diarios “El monitor” y “El Impulso” y además colaboró en otros importantes medios impresos. Aparece como director del periódico “Carora en 1919”, cuando contaba con 21 años de edad y luego como editor de “El heraldo”, de Barquisimeto, entre 1912-1915”. Museo del libro venezolano”.
Correo de Lara.com Ramón Queráles, citado por Omar Garmendia.
“El modernismo poético una nueva forma de expresión lírica. El Modernismo poético fue un movimiento literario que surgió a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Principalmente en América Latina y España. Representó una ruptura con las formas tradicionales de la poesía y buscó una renovación en la expresión lírica. Los poetas modernistas exploraron nuevas temáticas y formas de escritura, alejándose de los temas románticos y patrióticos que predominaban en la época. Se caracterizó por una mayor atención a la estética, el lenguaje y la musicalidad de los versos.
Temática: exótico, lo sensual, lo decadente y lo cosmopolita. La forma: recursos como la metáfora, la aliteración, la sinestesia y la musicalidad de los versos. El lenguaje: poco común, rico y evocados giros lingüísticos audaces
Entre los principales representantes del modernismo se encuentran: El Nicaragüense Rubén Darío, José Martí, cubano y el mexicano Amado Nero.
Poemas. com
Sobre la obra de este singular y excepcional artista de la palabra, Marco Aurelio Rojas, fue considerado como uno de los mejores poetas del estado Lara. Escribió poemas de altísima calidad, inspirado en la cotidianidad de su andar. Fue un talentoso y virtuoso, tanto en la poesía como en la prosa. Se destacó por su brillante elocuencia al recitar sus poemas, llenos de la cruda realidad y sin tapujos que la ocultaran. El humorismo y la sátira fueron recursos que empleó espontáneamente al evocar un pensamiento, o la interpretación de alguna inquietud, suceso o hecho acaecido en el ámbito geográfico donde él frecuentaba.
Pues bien, su inventiva no solo se limitaba a su producción excelsa y genuina, sino que surcaba el espacio físico de su imaginación, para plasmar y enaltecer el ámbito de la creación artística literaria, cual cosecha fructífera de su obra fantástica y nómada, más prisionero en el principio sublime de la perfección precoz y siendo objeto por la odisea locuaz del verbo expreso encendido, pero agradable, que contagia e incita a oír sus poemas apócrifos, melancólicos, satíricos y con un buen humor.
“Marco Aurelio Rojas, fue uno de los mejores poetas del estado Lara, de gran talento y temperamento de artista. Como bardo regionalista su poesía la ofrecía espontánea y sin rebuscamiento. Lo afirma Silva Uzcategui, que Marco Aurelio, aunque escribió poesías de alto aliento, no tuvo una obra constante, y prefirió ser como las aves, que cantan un rato y se van a otras regiones y durante toda su vida fue un eterno andariego; como lo dice en uno de sus versos, en un “azaros o andar peregrino”. Viajó por muchos lugares de la geografía regional y alcanzó a publicar algunos libros en Barquisimeto y Caracas como “Jardín de Ayer” de 16 páginas de prosas poéticas, en 1917, “La Danza de las Horas” en 1925, contentivo de 18 poemas en 28 páginas y “Los Héroes y otros motivos”, en 1923.
Como hijo de la Bohemia, procuraba de cualquier manera obtener sus recursos vitales, recurriendo para ello a sus poesías de su ingenio e inventiva humorística, para a veces, así recibir algo de dinero o tragos de licor. Siendo pobre, nunca logró superar su condición social humilde, que dejó manifestado en sus escritos, como en “El Trino Ausente”, poema de su juventud, donde se pregunta: ¿en donde se haya y cuál es la vía que debía seguir?:
El poeta, insinuaba algún amigo,
Y tejí madrigales y conmigo
algo extraño animábase a la pelea
y luché, ¿Fui partida o fui derrota?
El trino vuelve a la lejanía aldea,
Pero ya quedó con un ala rota…”
Correo de Lara. com Rafael Domingo Silva Uzcategui. La Enciclopedia Larense Cita de Omar Garmendia.
De este magistral bardo caroreño, considerado el “señor de la perfecta poesía”, se puede argumentar que a pesar de su magnífica obra, incluso publicada en algunos libros y periódicos, son muy limitadas las fuentes, y muy pocos los que han escrito sobre el poeta en referencia, a fin de que se emprenda un trabajo para compilar su obra literaria y que se pueda dar a conocer, en especial a las nuevas generaciones, ¿Quién fue Marco Aurelio Rojas y su quehacer literario indiscutible?
Es menester, sumamente importante y necesario que se promueva la visibilización de este insigne poeta, por cuanto, es un personaje que se ha echado al olvido, el cual merece ser resaltado por sus méritos extraordinarios conseguidos con tenacidad y esfuerzo propio de su imaginación, la creatividad e inventiva y con todo ello se puede echar las bases y edificar la cumbre de una obra poética directa y ejemplar enunciada por su estilo, quizá único, inscrito o influido en la “senda de la escuela “Modernista”, según Ramón Queráles.
Quiero expresar esta idea y dejar en el ambiente esta propuesta, con el objeto que pueda ser tomada en cuenta y se organice en torno a él, todo lo que se sugiera realizar para reconocer su meritoria labor artística, de este gran poeta caroreño. La publicación de su obra poética y en prosa, editado en algunos libros y periódicos. Esta pudiera ser una excelente idea e iniciativa.
Crear una bienal que lleve su nombre a fin de incorporar a los poetas en primer lugar y a los historiadores e investigadores para que con sus aportes sirvan y conlleven a que, tanto los ciudadanos y la juventud de esta región del semiárido se empoderen por medio del conocimiento, en resaltar a este humilde personaje, quien se merece; que algún lugar público: institución, avenida, calle, parque, paseo o sala de convenciones se le inscriba su nombre. Un monumento, busto o mural alegórico a su obra.
En primera instancia, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura tiene la palabra. Como ente fundamental de estas actividades. La Alcaldía del municipio G/D. Pedro León Torres; a través de su Dirección de Cultura y el Fondo Editorial de dicha institución. La gobernación del estado Lara, por medio de la Dirección de Cultura, El Gabinete de Cultura del estado Lara. De igual modo, cualquier ente público o privado de esta región, puede implementar o emprender alguna iniciativa, tendente a homenajear o reconocer el valor histórico cultural de este excepcional poeta larense.
“Se cuenta que un día, según relata Carlos Pereira en su libro “Anécdotas de humor larense”, llegaron a un reconocido botiquín los caroreños: Carlos Herrera, José María Riera y Octaviano Herrera, dueños de dilatadas hectáreas de tierra y espesos rebaños de semovientes. En el lugar se encontraba Marco Aurelio, como era su costumbre, con su modesta vestimenta y sus viejos zapatos cubiertos de polvo. Los hacendados caroreños, luego de los consabidos saludos a los concurrentes, convidan al poeta amigo a compartir unos palitos con ellos.
Pronto la conversación quedó enmarcada en el tema del ganado de henchidas ubres, de potreros y pastos, de propiedades, tierras y más tierras. Y ahí estaba Marco Aurelio, sin poder expresar palabra alguna, ajeno al entorno socioeconómico de los tertuliantes.
Luego de un rato entró al botiquín un muchacho limpiabotas o betunero, preguntando a los terratenientes si querían pulir sus zapatos. Ante el rotundo “no” de los señores, el betunero se dirigió hacia el ahora silencioso Marco Aurelio.
_Usté, señor, ¿le limpio los zapatos?
_No gracias, respondió el poeta, no tanto porque no quería, sino por no tener ni siquiera una (nica) en sus bolsillos llenos de telarañas. El betunero insiste, observando los zapatos del bardo:
_Entonces ¿le quito la tierrita?
Marco Aurelio, ya desconsolado, mirando fijamente, le dice al muchacho.
_La única tierrita que tengo… ¿Y me la vas a quitar?”
Correo de Lara, com Cita de Omar Garmendia.
“En otra ocasión se volvieron a encontrar los señores feudales con el poeta amigo, posteriormente de la conversa y sin dejar a un lado el tema predilecto de los hacendados: tierras, ganado, pastos, propiedades, etc. El poeta aborda a estos señores, dueños de muchos bienes y dinero y que se supone que son sus amigos, y los amigos tienden a ayudar; les sugiere que necesita unos recursos económicos, no les especifica cuanto, ni insinúa que es urgente esa necesidad. El menos agarrado o duro; como dicen por estos lares. Transcurre un espacio de tiempo, extrae de su bolsillo la cartera y saca un billete de 100 bs, y le hace entrega del mismo. Otro de los acompañantes también saca su cartera y se le cae una moneda. Como era de noche y estaba un poco oscuro en el ambiente. Todos los integrantes, reunidos con el poeta y dueños de ganado que lo acompañaban, saltan de las sillas, se colocan en cuclillas y deslizando sun manos por el piso, a objeto de localizar la moneda. El bardo caroreño, enciende un fósforo y a la vez le prende fuego al billete que le había entregado el ganadero; para alumbrar el espacio donde se calculaba había caído la moneda”.
Tomado de la oralidad popular.
Con esa actitud. El poeta siempre le daba una lección significativa, a esos señores.
Es posible que este singular artista de las letras, con esa actitud irónica, les hiciera ver y entender que en un ataúd, por muy espacioso, de gran lujo y excelente comodidad, es muy difil lo poco que se pueda introducir y llevar en él, porque la capacidad es muy limitada.
En el análisis de otros poemas de Marco Aurelio Rojas, realizado por el escritor y autor de la Enciclopedia Larense Rafael Domingo Silva Uzcategui, se pueden resaltar los siguientes: como una forma de ver, evidenciar y palpar la profundidad de la poesía de este emblemático poeta caroreño. Citado por el Cronista Omar Garmendia.
“En el libro “Jardín de Ayer” se encuentra el poema sin título.
“Paso por la vida sobre mares de poemas y hastío:
Y como Rubén Darío, feo, viejo, triste y pobre.
Este poeta caroreño tuvo como inspiración los aires musicales de la popular bandola nocturna y serenatera, como en los conocidos versos:
Bandola de Juan González dulce bandola payera
Que por las noches de luna nos arrullaba las penas…
O también las cotidianas cuitas de las campanas pueblerinas:
La voz de las campanas de aldea, la conocida voz de mis campanas;
Oh qué cosas comentaban las comadres, que tienen torre como gente hidalga…
Las campanas comentan muchas cosas, que no pueden decirse con palabras.
Dedica sus letras a los crepúsculos en el poema “Barquisimeto”, publicado en el diario El Impulso 1923, dedicado al poeta Rafael Garcés Álamo:
Bolívar piensa, cuando Dios azota, que bien vale en el peso de su gloria
Un crepúsculo tuyo una derrota. Dios de bohemia”
En las tabernas, botiquines y pulperías, entre el licor, la mordacidad y el buen decir deleitaba a sus amigos, ricos terratenientes, doctores y generales que le daban limosnas por sus versos, melancólicos algunos, humorísticos otros, o las salidas punzantes e ingeniosas, a veces de tristes y aflictivas ocurrencias”
Correo de Lara. com Rafael Domingo Silva Uzcategui. La Enciclopedia Larense. Cita de Omar Garmendia. Cronista y Escritor.
Cecilio Zubillaga Perera y Marco Aurelio Rojas, fueron dos personajes contemporáneos, apenas Don Chío le llevaba un año al poeta. Los dos estuvieron relacionados con los medios de comunicación a muy corta edad. Chío, como gran humanista influyó en gran medida en un selecto grupo de caroreños, los cuales han sido catalogados como sus discípulos.
No podemos comprobar, que el maestro Chío logró influir en la conducta de Marco Aurelio, no obstante, pensamos que sí, ya que, uno de los pocos intelectuales de la época fue Don Chío y era la persona idónea y presta a ayudar y contribuir de alguna manera en la formación de sus paisanos, que deseaban escalar posiciones en la búsqueda de la excelencia.
Marco Aurelio Rojas, un caroreño muy pobre y humilde. Analfabeta funcional tal vez. Empero, conoció la obra de algunos poetas modernistas. Sabemos que el maestro y periodista logró crear una extraordinaria biblioteca y todo indica que el poeta pudo haber tenido acceso a ella, como lo hicieron otros caroreños de los cuales, muchos de ellos son del año 1923 (Año Bicentenario) de grandes cultores y lograron establecer ese contacto con el maestro y con esos maravillosos libros denominados clásicos.
Nos atrevemos a afirmar, aunque hasta ahora no hemos podido encontrar esas evidencias, que corroboren, que es posible que el poeta Marco Aurelio haya tenido alguna vinculación con el maestro. Sin embargo, era él, quizá el único que se esmeraba en coadyuvar en la formación de sus discípulos, sin ningún condicionamiento, simplemente, el deseo de ser útil a los demás y el anhelo de querer superarse para servirle a la Patria con honestidad, sin perder su esencia.
Hoy a los 136 años de su nacimiento, recordamos a este humilde poeta caroreño quien, se fraguó con esfuerzo propio, alcanzando un alto sitial en el ámbito de la poesía, como uno de los mejores de este estado y en ese campo. Lamentablemente, a los 63 años de edad, el 5 de octubre de 1951, estando en la ciudad de San Felipe estado Yaracuy Venezuela, cambio de paisaje, ya que, se le presentó una emergencia con una apendicitis y hubo que intervenirlo de urgencia, no pudo superarla y por esa causa feneció.
Se cuenta que así como vino al mundo, vivió muy solo, con la pobreza acuesta, así se fue, empero, dejó un legado, una obra, muy importante, interesantísima y trascendental en la disciplina de la literatura, la cual debe ser reivindicada con su exaltación.
DE R E L A T O S D E H I S T O R I A L O C A L
Carora, octubre de 2024