Autor: Edecio R. Riera M.
Provenientes de la Cuesta, caserío perteneciente a la Parroquia Montes de Oca, dos jóvenes campesinos Juan y Paz Mascareño, dos hermanos que recientemente habían perdido a su madre, deciden residenciarse en San Francisco y para ello conversaron con su tía, la señora Sulpicio Mascareño, con el fin de solicitarle apoyo, mientras hacen negocio con un señor que les ofreció a la venta una huerta; porque se iba al estado Zulia. La tía Picha, así la conocían en el pueblo, les ofreció el apoyo necesario y es más les dijo: _Aquí pueden estar. La respuesta fue al unísono, no se preocupe tía, al formalizar la compra nos estableceremos en ese lugar. _Afirmaron los hermanos.
Además ya tenemos negociada la casita de la Cuesta y algunos chivos. La señora Picha los invitó a que tomaran asiento, pues les iba a preparar el almuerzo. Pasaron ocho días y los hermanos Mascareño; ya estaban en su nueva residencia.
Entre otras cosas se trajeron de su antiguo lugar: un par de chinchorros, un baúl con sus cosas personales, un pilón de vera con dos manos, dos machetes, una escardilla, un barretón, un tinajero (El filtro del agua), compuesto por dos tinajas. La que iba en la parte superior tenía seis clavijas en la parte exterior del fondo. Estaba llena de con piedras, arena y carbón, y que gota a gota filtraba el agua, para hacerla potable y se depositaba en la que va en la parte de abajo del tinajero. También traían consigo un burro, seis cabras y el padrote, dos marranos pequeños: hembra y macho, ocho gallinas y un gallo. Por supuesto, un hermoso perro blanco muy grande. Solimán era su nombre. Quizá se tomó del libro “Mantilla”, que traía un cuento en sus primeras páginas con ese nombre.
Es interesante destacar, que ese libro fue usado para enseñar a leer a los niños de ese tiempo. Empero, muchos docentes continuaron usándolo hasta no hace mucho tiempo, en los años setenta. Y hace un tiempo todavía ese texto escolar se continuó usando.
Había transcurrido un año y Paz Mascareño, el menor, de veinte años, le planteó a su hermano, que le habían ofrecido un trabajo como operador de la Planta Generadora de Electricidad. Es posible que no te pueda ayudar por unos días, porque estaré realizando un curso. Él comentó. ¡Yo no sé nada de eso, pero nadie nació aprendido!
Juan, muy humano y solidario, no puso ningún reparo, no se preocupe hermano. Le comentó. Esta es su casa y sí es para bien, para progresar, no lo piense más. Aquí tendrá todo mi apoyo.
Paz, todos los días frecuentaba el lugar donde estaba instalada la Planta Eléctrica. El operador actual, un hombre muy sociable había establecido una sincera amistad con el nuevo vecino y se caracterizaba por darle la mano al que necesitaba de sus servicios y por enseñar a varios jóvenes que mostraban algún interés por aprender ese oficio. Él había observado en el joven Paz Mascareño un deseo muy especial, único. En tan corto tiempo conocía lo indispensable del funcionamiento de la planta.
Revisaba el nivel del gasoil y del aceite, ya que estos elementos podían acarrear un inconveniente y el motor se pudiera apagar o fundirse. Del mismo modo se familiarizó muy rápido con el trabajo eléctrico, en la instalación de los circuitos eléctricos en serie. Muy especial, observó lo conducente a los aspectos de la seguridad personal. Por vez primera se ponía unas botas de seguridad y un casco.
El operador le comentó que debía ir a Carora a realizar un curso intensivo por tres semanas y una semana más, en la planta para las pasantías.
_ ¡Disculpe! Preguntó Paz. ¿Cómo se llama ese instrumento que tiene en la mano?_Esto es un Clarinete._ Respondió el operador. Por cierto, se lo compré al amigo, José Carrasco; que creo todavía trabaja en la planta de Carora, él me enseñó lo básico. Pero, usted toca muy bien ese instrumento. Argumentó el aprendiz. ¡No hombre!, lo elemental. ¿Usted es músico? Lo estoy vendiendo. Dijo el operador. ¡Bueno!, sí, medio rasguño la guitarra y el cuatro. ¿Por cuánto lo vende? _ Indagó el joven aspirante al trabajo de operador. ¡Barato! Por lo que me costó, por ahora no lo necesito._Concluyó el operador. Está bien, déjemelo, yo se lo compro.
Cuadraron el negocio y a la semana siguiente. El joven Paz Mascareño se encontraba en la ciudad de Carora realizando el curso de Operador de la Planta Generadora de Electricidad. Entre las cosas que se había llevado a Carora, el Clarinete, con la intensión de ubicar en esa ciudad al señor Pedro José Carrasco. Efectivamente, el cursante sorprendió a los profesores que facilitaban el curso.
Siempre estaba concentrado en todo lo relacionado con las informaciones que se les suministraban, preguntaba mucho cuando no entendía algo o tenía una duda, repreguntaba con mucho interés. Estaba dispuesto a ganarse ese trabajo y contar con los conocimientos que le permitieran resolver cualquier problema en el futuro.
En momentos en que se encontraba libre, se ubicaba en el pequeño cuarto que se le había asignado para que descansara. En ese lugar ensayaba constantemente las escalas de Sol y Fa, mayor y menor, ascendente y descendente; que el operador le había enseñado. A los pocos días se encontró con el señor Pedro José Carrasco, conversaron, se pusieron de acuerdo y casi en paralelo tomaba el curso de operador y de música. Al observar al joven muy entusiasmado, con muchísimo interés y deseos por aprender a ejecutar el Clarinete. Le plantea que está vendiendo una Trompeta y un Saxofón. Los vendo porque me voy a Bachaquero estado Zulia a trabajar en las petroleras. Se los dejo a muy buen precio y están en perfectas condiciones. No los necesito en estos momentos, porque estoy reuniendo una plática para el viaje y como usted está interesado en formar un conjunto, se los vendo. La ejecución es muy similar al clarinete, este es de la familia “viento madera” y esos son de “viento metal”.
Paz no vaciló, yo se los compro, pero me aguanta una semana mientras regresaba a San Francisco, para traerle la plata.
Le planteó a su hermano Juan que necesitaba unos reales para comprar unos instrumentos. Vende unos algunos chivos y marranos para completar el dinero. ¿Qué pasó con lo de la planta? _Preguntó Juan. Eso es otro asunto. _Le respondió Paz. No se preocupe hermano.
El domingo de esa semana volvió muy temprano a Carora. En la tarde, asistió a una retreta que se estaba efectuando en la Plaza Bolívar, es una de esas tradiciones de los pueblos y todos los domingos los vecinos acuden a oír las piezas musicales que se interpretan en esa retreta. Esta velada musical lo impresionó muchísimo y con mayor propósito, un gran anhelo en lograr el objetivo que se había propuesto; aprender a tocar, esos instrumentos y enseñar a los muchachos que van a formar parte del grupo musical.
El continuó en forma regular el curso de operador y del mismo modo, casi en simultáneo; con una gran pasión increíble y muy grande para la música. Ensayaba de una manera sistemática. El señor Pedro José Carrasco le instruía en el Clarinete, así como en la ejecución de la Trompeta y el Saxofón. Por ese hecho y al darse cuenta del gran interés manifiesto en esta disciplina artística de la música y por los logros alcanzados en tan corto tiempo, le ofreció como premio por su constancia y dedicación; que le regalaría una Tumbadora. El señor Pedro José, era un gran músico, muy humano y solidario.
Llegó el final del seminario, el cursante presentó un examen teórico y una prueba práctica. Según los facilitadores, aprobó satisfactoriamente. Se le entregó un certificado que lo acreditaba, más una carta de recomendación donde se describía las cualidades intrínsecas y sobresalientes que poseía el cursante y la vez se exhortaba e instaba a las autoridades para que se nombrara en el cargo de Operador de la Planta Generadora de Electricidad de San Francisco.
Como una forma de agradecerles a sus dos profesores y al señor Pedro J. Carrasco, les obsequió ese día una cuajada de queso de cabra, una tapara de suero, más medio salón de carne de chivo a cada uno. Esa es una de esas características del campesino tórrense. De nuevo en su pueblo se dirigió a la Jefatura Civil, se entrevistó con el presidente de la Junta de Gobierno, le hizo entrega de la carta de recomendación, y en el acto fue admitido como el nuevo Operador. Se le informó que en quince días se encargaría del funcionamiento de la planta, pues, el amigo se nos va al estado Zulia. Fue un excelente operador. Esperamos que usted también realice un buen trabajo. Sea usted bienvenido como trabajador de esta Junta y se trae los papeles para registrarlo como funcionario público e ingresarlo. _Acotó el presidente._
Ese lapso de preaviso, Paz, no dejó de asistir al recinto de la planta. Aprovechó para agradecerle al funcionario saliente lo que había hecho por él. Como agradecimiento le obsequió, un chivo y una hermosa cuajada de queso de cabra. Continuaba preguntado en forma constante todo lo relacionado con su nuevo trabajo, a objeto de que la mínima inquietud fuera satisfecha.
Llegó el día esperado y las autoridades del gobierno lo acompañaron para hacerle entrega de la Planta y a la vez efectuar un inventario de los bienes, herramientas que manejaría al realizar su jornada laboral. A las 9:30 pm. Bajó la cuchilla por quince segundos. Se había efectuado el primer apagón; que indicaba que la población estuviera alerta, ya que a las 10.00 pm, se apagaría en forma total. A las 9:45 pm., se produce el segundo apagón. Este era de prevención inmediata, en especial para las personas que estaban fuera del hogar, a fin de que no se quedaran a obscuras en la calle. Como estaba previsto, a las 10:00 pm, se dio el tercer apagón y último por ese día. El nuevo operador tenía todo en orden, sacó su bicicleta, cerró la puerta, aseguró el candado y se fue a su casa a descansar. Su bicicleta usaba un dinamo que generaba electricidad al entrar en contacto con el caucho de su vehículo.
El tiempo siguió su ritmo normal. Él realizaba su trabajo con toda eficiencia, era muy diligente. Su lugar de la jornada lucía impecable y bien ordenado. Pidió un galón de pintura para refaccionar las paredes que se veían un poco sucias y rayadas. Estableció algunos cambios en el sitio de la planta.
En el día se dedicaba por lo menos dos horas a su trabajo para efectuar el mantenimiento diario, con el fin de evitar problemas que se pudieran presentar. En la tarde le dedicaba tres horas a la enseñanza de la música. Varios jóvenes fueron captados para ese propósito. De tres a seis de la tarde se realizaban los ensayos y prácticas necesarias. No pasaron dos meses y el grupo musical ya se había consolidado. Comenzaron a montar algunas piezas musicales a objeto de tener por lo menos unas diez, para interpretarlas en la primera retreta. Como todo un objetivo a lograr; el día 15 de mayo, en las Fiestas Patronales en Honor al Patrono San Isidro Labrador.
En forma progresiva fueron incorporando otras piezas instrumentales y otros instrumentos: Un tres cubano, Un Par de Maracas, y una Charrasca.
Proseguían ensayando con todo entusiasmo y muy motivados y en particular los más jóvenes .Entre las piezas seleccionadas tenían: El Totumo de Guarenas, Cabeza de Hacha, Adiós a Ocumare, Hay Josefina, Carmen la que contaba dieciséis años, El Plebeyo, Reloj, Caminito, La Malagueña, Ramoncito en Cimarrona, Cuando Florezcan las Amapolas,, Yo no Olvido el año viejo, Caminitos de Guarenas, Hay Chavela, El Diablo suelto, El Manguero, Festival en Guararé, Oiga Compadre Pancho, Dama Antañona, entre otras.
Cada vez que se realice un toque. _Argumenta el Director. Cada uno de nosotros debe haber escogido una pieza para hablar un poco de ella, por Ej. Nombrar el autor, cual es el ritmo, en qué año se compuso, autor del arreglo, instrumento solista…
El objetivo de esto es que como no tenemos todavía bien montadas las piezas y las que tenemos listas son muy pocas. Esa conversa alarga un poco el tiempo. Además eso es muy bueno porque así se pierde el miedo escénico y a la vez estamos dando una información como una enseñanza. Agregó el señor Paz. Los que hayan avanzado un poco más deben ayudar a los que tengan dificultades. Todos quedaron de acuerdo con la propuesta. Prosiguieron con sus ensayos, en la casa complementaban corrigiendo algún detalle o alguna duda. Faltando diez días para las Fiestas Patronales de San Francisco, regresó a su pueblo desde Quebrada Arriba un vecino ejecutante del Violín y que estuvo fuera del pueblo por un tiempo. En forma inmediata se integró al grupo musical, sin mayor inconveniente. Realizó dos ensayos como si estuvieran tocando en la retreta, El director del Grupo Musical, los felicitó, los motivó y les hizo algunas sugerencias para que fueran corregidas a tiempo.
Como se había planificado el conjunto musical hizo su debut con su (Primera Retreta).Los comentarios fueron muy positivos. Los aplausos al grupo los contagió de mucho más ánimo. Ese estímulo era un gran compromiso que los obligaba a continuar mejorando. Comenzaron a alternar con otros grupos musicales de otros lares. También les empezó a llegar muchas invitaciones para actuar en otras comunidades: Muñoz, La Candelaria, Las Mamitas, Altagracia. Estos contratos les proporcionaron algunos recursos y con ellos adquirieron otros instrumentos. La imagen de la agrupación musical había cambiado radicalmente. Es bueno destacar que para ese día del debut, ya tenían un vocalista masculino y ya habían podido montar con el cantante algunas canciones. Que las tocaban en forma instrumental.
Paz Mascareño había logrado su objetivo. La agrupación musical se podía afirmar que estaba a la par de conjuntos que tocaron en varias oportunidades en ese pueblo. El año siguiente con motivo de las Fiestas Patronales, él había pedido permiso a las autoridades para dejar prendida la planta hasta las doce de la noche, ya que, el grupo musical le daría una sorpresa a sus conciudadanos, interpretando un nuevo repertorio y con la incorporación del cantante, se invitaba al pueblo que podía bailar. De pronto a las 9:30pm. Se dio un apagón, involuntario, que no estaba previsto. Paz tomó su bicicleta y se fue hasta el lugar de la planta, limpió las bujías y en cinco minutos tenía listo, arreglado el problema. Volvió a la Plaza y nadie se dio cuenta porqué se apagó la Planta. Todos pensaron que como la luz ese día estaría hasta las doce, el apagón sería más prolongado.
Continuó la velada cultural de acuerdo a lo planificado y el señor Paz, a quince minutos para las doce, informó que se apagaría la planta. Todos muy contentos, se marcharon hasta sus casas, después de una noche muy agradable, sensacional, de mucha satisfacción y de bienestar personal y colectiva. Una fiesta inolvidable que quedó marcada cual recuerdo en el devenir de la historia.
Dos décadas y media más tarde esta planta fue sustituida por CADAFE y el Operador asumió por un tiempo, el trabajo de técnico electricista en su pueblo. Luego fue jubilado. Posteriormente la nueva empresa del estado le dio paso a la electricidad desde el Guri, estado Bolívar.
Este fue el ritmo que le imprimió a su trabajo y a su grupo musical. Tal vez fue una meta y la logró a entera satisfacción. Es una impresionante conquista que deja plasmado, en primer lugar por su responsabilidad con su labor encomendada, donde no tuvo reclamos y las veces que se paró la planta, fue por casos fortuitos. En segundo lugar, dejó un legado en un buen grupo de jóvenes formados en el aspecto musical, que les sirvió a algunos como un hobby y a otros como una fuente de trabajo.
CUENTOS DE MI COMARCA SAN FRANCISCO Nº8.