Autor: Edecio R. Riera M.
El intervalo de tiempo comprendido entre los años 1923 al 2023 (cien años), se ha denominado el “Centenario de la Luz”, debido a que en este siglo nacieron en diversos lugares de nuestro país, una pléyade de hombres y mujeres cuya labor realizada está blindada por su creación excepcional y creemos que ese modelo de arquetipo, no podrá ser similar, igual o superado, por otro grupo de cultores en otro período de tiempo, en los años que están por venir, porque, este conjunto de compatriotas, que tuvo en su haber ese privilegio, la dicha y la virtud; en sus destacadísimas y meritorias actuaciones; y que muestran con orgullo patrio la obra exhibida a la luz pública. Inferimos que dicha obra es majestuosa, monumental y es un legado que han dejado para la posteridad: a las nuevas generaciones, y a la juventud especialmente para que la digieran y la asimilen en todos sus sentidos; como ejemplo de lucha, de voluntad, de optimismo de constancia, de sacrificio en el trabajo y para que valoren lo que es estar arraigados en una profunda fe infinita en todo lo que ellos(as) se propusieron.
Este manojo de exquisitos y codiciados manjares; como baluartes del que hacer cultural en todas sus manifestaciones y expresiones; son en cierto modo, una forma de exhibir sus pensamientos y sentimientos a la humanidad.
Afirmamos que será muy difícil poder superarla, por cuanto, todo está concatenado a una coordinación regida por un tiempo y un espacio y con una visión de futuro inimaginable.
No hay nada imposible, todo lo que el hombre se proponga lo puede lograr, si en ese empeño pone toda su voluntad, su fe, su optimismo y su constancia en la lucha por alcanzar sus metas establecidas, sin embargo, esta aseveración estará sujeta y muy distante por su dimensión manifestada cuan diluvio en la estación de verano.
Indiscutiblemente tenemos que manifestar que en su gran mayoría el municipio G/D. Pedro León Torres tiene registrado nueve personalidades nacidas en el año 1923, más uno, aun cuando no nació en éste, le dedicó casi toda su vida al servicio de la educación, primero como maestro y luego como director. En paralelo, realizó una extraordinaria, magnífica y fructífera labor por la conservación del ambiente y la promoción del hecho cultural en todos sus aspectos. Toda esa labor la ejecutó en este terruño torrense, quien lo acogió como uno más de sus hijos. Hasta ahora son 18 los que aparecen en ese listado a nivel nacional, previendo que puedan incorporarse otros más. Torres representa, en este momento el 55% de esa data de cultores, y todos ellos(as) representan lo grandioso y genuino que ha prodigado el semiárido y la “Otra Banda”. De este municipio.
Este municipio es muy especial, en primer lugar por su amplia geografía, la cual representa casi el 50% del área territorial del estado Lara. Por otra parte, está enmarcado en una gran extensión denominada “El semiárido”, que se deduce por sus características: Geofísicas, Morfológicas, Geográficas y Geológicas y a la vez, dentro del espacio que comprende este territorio, se encuentra un área muy extensa formada por miles de hectáreas, denominada “La Otra Banda” y que al mismo tiempo está limitada por unas seis parroquias aproximadamente que constituyen el municipio Torres.
Hemos hecho alusión en otros trabajos de esta área tan importante y fundamental, por las cualidades que posee esa gran extensión de tierra para la producción de diversos rubros agropecuarios para la alimentación, sin embargo, hasta ahora no se ha podido determinar con precisión, ¿Qué es lo que en realidad posee este espacio que lo convierte en especial? ¿Será porque en el subsuelo se encuentran los nutrientes o sustancias que dejó ese mar que se nos fue alejando a las Costas del estado Falcón? Con las primeras lluvias, el panorama cambia radicalmente por ese efecto y el paisaje es diferente por la floración impresionante, que genera un gran colorido muy vistoso y aromático de su flora, por supuesto; la cosecha de excelentes productos para el consumo humano y animal, es relativamente buena. Mientras tanto, esta gran zona está requiriendo de un proyecto de gran envergadura que la enrumbe hacia grandes propósitos para el progreso definitivo de este municipio. Pienso que ha faltado la voluntad política para emprender esos magnos proyectos. Otra particularidad, es el espejismo que se forma en las horas del mediodía, y que se puede inferir como una gran laguna en el subsuelo; y casi toda el agua que está en la parte subterránea de esa área geográfica, es salobre, verificada en todas las perforaciones hechas. Es por ello, que se necesita de un estudio pertinente que conduzca a descifrar la incógnita de ese lugar y a establecer los lineamientos científicos, mecánicos y tecnológicos para la producción en general.
El maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, al referirse al caroreño decía:
“El caroreño es muy similar a los cardones, tunas, arbustos y árboles propios o autóctonos de este espacio geográfico, porque en tiempo de las pocas lluvias, esos seres vivos, acumulan el agua para resistir en el inclemente verano”
En otro orden de ideas, también es posible que esta zona, contenga algo muy singular, ya que, la alimentación del espíritu es muy especial y trascendente, porque el contenido que proporcionan esas sustancias son como únicas, por cuanto, propician la elevación del pensamiento espiritual a la máxima potencia para la creación universal. Les da la fuerza necesaria y los conduce a surgir de las miles dificultades, las barreras y los tropiezos. Empero, todos los que han triunfado se encumbran el vértice más alto de la pirámide.
Hoy nos complace traer hasta esta serie de trabajos, al señor Pío Túa Aponte, quien nació en la población de Aregue, capital de la Parroquia Chiquinquirá, municipio G/D. Pedro León Torres del estado Lara, Venezuela, el 25 de enero de 1923.
Siendo muy joven, en plena adolescencia, se traslada a la ciudad crepuscular de Barquisimeto, con el afán de las miles de personas que han tenido que emigrar a las grandes ciudades, en busca de otros horizontes que les puedan brindar mejores oportunidades para la subsistencia y tal vez pensando en un mayor bienestar social, económico y cultural que los pueda enaltecer y que les permita llevar adelante el ideal de progreso espiritual que se propusieron como una meta a lograr en un tiempo prudencial.
“A los 13 años tuvo su primer trabajo formal en Barquisimeto, ciudad en la que se radicó al salir de su terruño. Dos años después se marcha a la morandina localidad de Guarico, y en esos andares se convenció que su destino no estaba en la urbe. “La ciudad me aburría y para evitar todo aquello decidí irme a las montañas de la Parroquia El Blanco (hoy) 1940.
En el caserío San Pablo encaró responsabilidades comerciales gracias a la confianza concedida por quien fue su mentor, el señor Alejandro Mejías, un caballero entregado a una noble pasión: la lectura “Aquella cultura había salido de páginas humanistas de apilados libros que lo convirtieron en un acérrimo enemigo de la explotación laboral y las injusticias. En esas manos caí como mandado por Dios” _Contó conmovido_ y en esos libros tuve acceso _Dijo por atrevimiento propio_ y bajo la anuencia de Alejandro. Aprendí Historia Universal, Geografía y así comprendí que el mundo no era solo lo que estaba a mi vista”
Alejandro Mejías le inculcó además otro valor, la cultura del ahorro y así fue construyendo un capital para ser propietario de una bodega, en la que tuvo estrecha relación con productores agropecuarios de la zona y en donde el tema diario, era la ganadería, lo que lo animó a probar su suerte en un ramo que poco conocía”
Diario el informante.com Franklin Piña.
Todavía muy joven, tendría unos 20 años o más, Pío Túa da inicio formal a la faena del duro, tosco y laborioso trabajo del campo, Es bueno significar, que no tenía ninguna experiencia en esa actividad de la cría de ganado. No obstante, se dedicó a ese fin con mucho interés, entusiasmo y dedicación exclusiva, porque ya visualizaba con un enfoque general la gran meta que estaba construyendo en esos momentos. No poseía ningún conocimiento de esa labor, pero el trabajo que realizó con la atención que le dio a su bodega, le proporcionó una serie de elementos teóricos en las diversas conversas y encuentros con productores de esa región Simplemente, los tomó como lecciones para un aprendizaje significativo y efectivo de grandes proporciones.
Fue un autodidacta y empírico que aplicó esos conocimientos suministrados por sus amigos y los fue exteriorizando en la praxis diaria y constante de su trabajo.
Quizá por estar radicado muy cerca de Quebrada Arriba, conoció el trabajo que estaba efectuando un grupo de ganaderos de ese lugar, con el fin de producir un cruce del ganado Criollo Amarillo de esa localidad con el Holstein importado de los EEUU, (en la década de los años 30), con el fin de mejorar esa especie. Posteriormente, en el año 1938, se comienza con otro experimento, se importa de los EEUU y de Suiza un lote de ganado Pardo Suizo; con el mismo propósito, cruzar el Criollo Amarillo con esta otra raza.
Con el transcurrir del tiempo, la comunidad torrense alcanza obtener resultados concretos y puede mostrar sus primeros resultados; con el “Ganado Tipo Carora”. Por supuesto, después de un período bastante prolongado, de muchos años de tropiezos, dificultades, ensayos y experimentos. Carora y el municipio torres logra crear y establecer, una raza de ganado vacuno a través de un trabajo metódico, científico, tecnológico, continuo, de observación y registro; coordinado por una serie de profesionales y auspiciados por ganaderos de Quebrada Arriba, a objeto de mejorar en grado óptimo este tipo de animal, en su doble propósito de producción: leche y carne.
Más adelante, y después de medio siglo, en el año 1992, el Presidente de la República reconoce esta labor como muy importante para la economía del país y declara a través de un decreto el “Ganado Raza Carora” como Patrimonio Nacional de Venezuela.
El señor Pío Túa, un joven con muchos deseos y anhelos de superación en conseguir escalar la cumbre por medio de su sacrificio personal, fue fiel creyente de ese trabajo científico y metodológico, progresivamente, lo fue incorporando a su rebaño, con ese mismo objetivo de mejorar su ganado en todos sus aspectos. Incorporó el ordeño mecánico, la inseminación artificial, el baño a los animales, el enfriamiento inmediato de la leche y las vacuna, entre otras. Hay que hacer notar, que gracias a su pequeña bodega fue adquiriendo algunas cabezas de ganado, pero no tenía el terreno donde tenerlas y gracias al señor Alejandro Mejías, quien le tendió la mano, también le proporcionó la facilidad de adquirir su primer lote de terreno, en donde podía ya desempeñarse con toda libertad y en su propiedad.
Estos fueron sus primeros pasos de éste carismático y acérrimo personaje, ya que, se fue abriendo paso por sí mismo a objeto de dejar atrás las grandes dificultades por las cuales había pasado en muchos momentos de su vida, y que no estaba dispuesto, a pesar de su sacrificio, a rendirse, a renunciar a esa tarea tan dura. Si trastabillaba o caía, solía sacar más fuerza para levantarse con mayor ímpetu y continuar. “Siempre adelante aunque sea con la fuerza magnifica del pensamiento” Chío Zubillaga”.
El señor Pío Túa, conoce a la señora Francisca Marina Morillo, con quien contrae nupcias, el 25 de marzo de 1950 y de esa unión matrimonial, procrearon ocho hijos, cuatro hembras y cuatro varones. Esta fue la base fundamental de su familia, la cual levantó a entera satisfacción con su labor cotidiana, y la vez inculcándoles los valores del trabajo, la educación, la honestidad, la moral, la ética, la solidaridad, la hermandad. Los principios fundamentales de la fe en Dios como creador del universo.
“Como aquello lo hice con tanto cariño y voluntad, donde otros salían derrotados porque no conseguían lo que andaban buscando, yo seguía luchando contra viento y marea hasta que llegó el momento que Dios me premió: En verdad yo he logrado defenderme en esta profesión y aunque no me considero un ganadero técnico he logrado sobrevivir y formar una familia; yo estoy contento de lo que hasta ahora he podido lograr”
Diario el informante.com Franklin Piña.
Consolidado como un ganadero de prestigio, exitoso y propietario de varias haciendas y sin negarse a ningún esfuerzo para proteger de alguna enfermedad sus lotes de rumiantes. Conversamos con nuestro amigo, el señor Elio Meléndez, Artista Plástico, quien nos contó con lujos de detalles, que conoció al señor Pío Túa, en año 1977. El amigo Elio, fungía como Auxiliar de Veterinaria, para esa época y se desempeñaba como trabajador del Ministerio de Agricultura y Cría (M.A.C.).
“Don Pío fue visitado en varias oportunidades, en las diversas haciendas que poseía y no solamente a él, sino a todos los ganaderos del municipio, en este caso, debido a que se había detectado un brote de la Fiebre Aftosa en el hermano país de Colombia, por estar tan cerca del nuestro, y por la inmensa frontera que tenemos con ese país. El Gobierno Nacional decretó un gran y extraordinario operativo; con la idea de contener la propagación de esta terrible enfermedad y con el objeto de que no llegara y se estableciera en nuestro país. Normalmente las vacunas se colocaron en el mes de octubre de ese año y posteriormente, en ese mismo mes de cada año, ya que, la misma tenía en su efecto, esa duración. Más adelante, luego de varios años consecutivos se seguía aplicando esta vacuna y gracias a la ciencia, la tecnología, y a la acción oportuna del ente gubernamental, la enfermedad se logró contenerla y no llegó al país.
Su hijo Cristo Túa, plantea la posibilidad de cambiar la jornada para el mes de diciembre y así se acordó. Posiblemente estaba pensando, que ese mes es especial, por la navidad y el significado religioso que representa para ellos esa conmemoración y para el creyente compenetrado con la fe cristiana. Creo que el objetivo era o significaba, que en ese mes se les obsequiaba a todos sus trabajadores un presente y a lo mejor, ellos consideraron que los servidores públicos, también serían reconocidos como parte de esa hermandad. Habíamos concluido la jornada de vacunación, su hijo Cristo me llama para que observe que dos de sus obreros habían atado un maute _Comenta_ ¡ese es para usted por sus servicios! La sorpresa fue tan grande, que solo salió de mis labios mi profundo agradecimiento por esa bella y excelente acción y por ese gesto, tan maravilloso y solidarios. Así eran ellos, en especial Don Pío, por su generosidad, por su confianza puesta en sus trabajadores, como un modo de reconocerles su labor. _Continúa contando_ Que una vez en pleno proceso del operativo, una de las vacas que estaba dentro de la manga, no quería salir o caminar, el obrero le dobló el rabo y se lo fracturó. En una forma muy discreta y en su oficina sin testigos y sin mostrar rabia o molestia por lo que hizo el obrero, lo despidió, le dio su arreglo y lamentó la pérdida de un trabajador eficiente. Le argumentó que no le gustaba que le maltrataran sus animales, ya que, ellos representaban para él; una parte de su familia y a ellos les debía todo lo que había logrado y él los quería como eso, su familia, y no acepto que nadie les haga daño.
_Debo comentar_ Continúa narrando Elio Meléndez, en el restaurant Los Pinos de Palmarito, el señor Pío, generó una lista con los funcionarios del M.A.C. a objeto de solicitar el desayuno y el almuerzo mientras se realizaba el operativo de vacunación. El costo de estos alimentos lo asumía la administración de la hacienda y así se hacía regularmente todos los años, en estos operativos de salud animal.
Al terminar la jornada diariamente, Don Pío nos colocaba en el bolsillo de la camisa, un billete de 100bs, como una manera de agradecer el servicio prestado, ya que, se vacunaban 1200 cabezas en la semana. Unas cuatrocientas cada día. Por supuesto, no faltaba el cafecito y el agua fría en la actividad.
Todos sus trabajadores tenían asignada una garrafa de leche todos los días, para alimentación de ellos y su familia, en especial para sus niños, que al final del proceso biológico, muchos de ellos serían trabajadores de las haciendas o en todo caso, tuvieran una buena alimentación.
Ese era Don Pío Túa, para mi concepto y la apreciación que tenía de él y su familia: un hombre a carta cabal: emprendedor, humilde, sencillo, audaz, honesto, jovial, servicial, afable, trabajador incansable y respetuoso del derecho de los demás, y humorista, a cada situación tenía su salida jocosa. Brindaba a muchas instituciones la ayuda oportuna, quizás, porque vivió en carne propia ese flagelo de haber pasado hambre y necesidad y de no haber poseído nada en su primera etapa de su vida. Entre esas instituciones, hay que destacar “La casa de los niños de Aregue, la Iglesia de Aregue, entre otras.
Creo que en verdad, Dios lo premió por esa acción y por ser un fiel creyente de la palabra de Dios y en la Virgen del Rosario de la Chiquinquirá de Aregue”.
Crédito Elio Meléndez.
En realidad, suponemos que Don Pío Túa, por haber nacido en la mariana población de Aregue, una comunidad que desde los tiempos más remotos de su fundación ha estado compenetrada con la fe católica, porque, desde que los colonizadores tuvieron bajo su ley al sometimiento de los primeros pobladores. Esta población de indígenas del Aregue Viejo, estuvo por muchos años la imagen milagrosa de la Chiquinquirá, y es posible que haya sido entregada a los indios cuando se fundó dicho pueblo.
“La misma imagen que hoy honramos en Aregue. Allí se quedó hasta cuando se construyó el nuevo templo, ofrecido a la Virgen, como todos saben por Cristóbal de la Barreda, salvado milagrosamente en un naufragio”
Historia Menor de Carora y sus pueblos. Renzo Begni.
Es por ello y por esas razones, que Don Pío Túa, desde muy niño le fue inculcada la honrosa devoción hacia la Virgen de la Chiquinquirá e instruido en la fe hacia Dios, valor del cual nunca se separó; en cambio lo llevó consigo hasta el final de su vida. Es por eso que afirmamos, que Don Pío, fue una persona creyente de los valores espirituales, aferrado a los principios en la fe religiosa y es posible que por esas ideas y que gracias a esa convicción que mantuvo a lo largo de su existencia, Dios lo premió.
“Nada me lo han regalado, lo que tengo, lo que conquisté es porque he ido por ello”, dijo en aquella conversa con los periodistas, el ilustre agasajado ferial de junio 2013, cuyos caracteres citados reafirman admirablemente la propuesta de dar a conocer su vida y su obra”
“Según su hijo Alí, pero lo más grande y valioso que nos dejó y que lo recordamos todos los días, son sus gestos, sus ejemplos y sus palabras. El auténtico legado empieza en vida y tuvimos la suerte de apreciarlo y digerirlo como fuente de nuestra existencia”.
Horas de conversación y también horas de silencio en las que hacía falta hablar porque nos conocíamos demasiado Hace una pausa y brotan dos lágrimas, lágrimas que se respetan_ Recuerdo con nostalgia y con gratitud su amor y su apoyo. De él aprendí a tener paciencia a reflexionar antes de actuar. Todas esas virtudes de papá traté en lo posible de adquirirlas”.
Otra cita del Diario el informante.com Franklin Piña, se refiere a Rigoberto Oropeza, un gran amigo de Don Pío Túa.
“Hay que decirle a Carora, a su gente, a los muchachos de hoy quien fue Pío Túa porque representa a todas luces la reserva moral de una sociedad que anda a la deriva”.
La sociedad torrense y en particular el sector ganadero, lamentó profundamente el fallecimiento de un singular trabajador de ese sector económico, un ejemplo relevante por su constancia en todo lo que se propuso realizar y como una forma de mantener activa y palpitante sus creencias a fin de no abandonar nunca, incluso, ante la más hostil de las dificultades. Don Pío Túa, feneció en la ciudad de Carora el 18 de abril de 2016, a los 96 años con una edad longeva y todavía con una mentalidad vibrante y esclarecida.
POR LOS CAMINOS DEL SEMIARIDO