Es importante que los padres ayuden a sus hijos en el establecimiento de sus metas de acuerdo a los intereses y habilidades de los hijos y no de acuerdo a la idea que tengan los padres de lo que pudiera ser mejor para ellos.
Entre las metas de todo padre está que sus hijos logren desarrollar al máximo sus potencialidades y se conviertan en individuos felices, productivos y exitosos a nivel intelectual, profesional y social.
Esas metas son lo que podríamos llamar metas de vida. Son visiones de futuro que para ser alcanzadas, es necesario dividirlas en pequeñas metas que se convierten en pasos para llegar a ese futuro deseado.
Sin embargo, lo que logrará cada individuo en su vida adulta, depende de las propias metas que se trace a nivel personal.
En la infancia, las metas están asociadas al desarrollo físico, intelectual y social y los padres tienen la función de maestros y guías. Si el niño o adolescente es capaz de identificar lo que realmente le interesa y tiene la habilidad para hacerlo, tendrá una buena parte del camino recorrido.
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Para asegurar el éxito en el logro de las metas escogidas, estas deben ser retadoras pero a la vez posibles, es decir, deben ser lo suficientemente difíciles como para que la persona se motive a trabajar por ellas pero debe haber cierto grado de de posibilidad de lograrlas.
Una vez que decidimos a donde queremos llegar, debemos establecer cuál es el camino que nos va a llevar a ese lugar y cuáles son los pasos que debemos seguir para transitar ese camino. Este conjunto de pasos, es lo que llamamos plan de acción. Cada paso se convierte en un objetivo a lograr, el cual debe cumplir con las características que aseguran que es un objetivo adecuado: debe ser específico, debe haber una forma de medirlo, debe ser posible y debe establecerse un tiempo determinado para alcanzarlo.
Todos estos criterios aseguran el logro de las metas establecidas. Por lo tanto, una vez que el joven establezca sus metas es necesario ayudarlo y apoyarlo en el diseño del plan de acción y en facilitarle lo necesario para que cumpla con su plan.
En la etapa del desarrollo los padres funcionan más como asesores que como guías, ya que es importante que el joven tenga la independencia necesaria para seguir adelante y la responsabilidad y motivación para lograr lo que quiere.
Fuente: Edición 8 Aldea Magazine