Texto y fotografía: Nelson Ures Villegas.
¡No me ates!
¡No me ates mundo!
¡No me ates!
que quiero convertir mi ser en música
quiero vivir en lírica y sonido
y viajar sin ataduras cotidianas
por diferentes latitudes de la vida
ser huésped y a la vez el invitado
al despertar sentimental del ser humano.
Quiero ser nota y armonía
y que cada molécula del alma mía
suene en la lira que enternece miradas
en momentos
cuando la esperanza luce decaída.
Quiero ser música silvestre
entonada por los ríos y la brisa
cristalino himno de paz entre las aves
y esas notas sean el palpitar de mis momentos
imaginada en noches de luna por los enamorados
quiero ser acompañante también de soledades
el sonar de copas, serenata y llovizna
oleaje cómplice en ese ritual sensual de los danzantes
tímido grillar de amor en los caminos
y en el monte, hojas vibrando en su verdor festivo…
Música quiero ser
que a tus oídos llegue si estás triste
o cuando la alegría te vista o te desvista
te posea
te agite el pelo y te bendiga.
Música y nada más
esa combatiente que sobrevive a guerras
y resucita con su magia a una olvidada estrella
¡música quiero ser!
la melodía sutil de los silencios
aquella que sin mayores instrumentos
excita los acordes de un amor ilimitado
cuando los suspiros vuelan libres
en ecos de un corazón multiplicado
con ese palpitar en ritmo de deseos
dejándose escuchar en breves infinitos
por quien con alma melodiosa
también vendrá desgranando
mis versos, mis poemas, hechos canciones.
¡No me ates mundo!
¡Déjame ser música!
será para mi
la libertad que siempre he deseado.
Barquisimeto, Venezuela.
Abril 2025.