Todos entendemos que la educación es un proceso por el cual transmitimos a otros los conocimientos y valores que le permiten integrarse en la sociedad.  Este proceso, que se inicia en la familia, afecta todos los aspectos del desarrollo humano, tanto físicos como emocionales y morales, y perdura a lo largo de nuestra vida.

Los orígenes de la educación van de la mano con los origines de la humanidad, ya que desde siempre el hombre ha buscado perpetuar sus costumbres y conocimientos, transmitiéndolos de generación en generación, de padres a hijos, buscando que esos conocimientos no se pierdan en el tiempo.

Ciertamente la educación no es estática y cambia de enfoque de acuerdo a la época histórica y sus nuevas concepciones filosóficas, políticas y religiosas, imponen un sello nuevo.

Cada época busca perfeccionar al individuo como persona y procurar su inserción en el mundo cultural y social en el que crece y se desarrolla.

Para todos aquellos que hemos vivido estos cambios, nos causa nostalgia cuando miramos atrás y vemos como poco a poco las pizarras blancas, electrónicas y los marcadores, han ido sustituyendo nuestras pizarras, verdes y negras. Y la tiza… ayyyyy… esa tiza, esa tiza de la que tantas veces nos quejamos, por pasar a la pizarra y quedarnos con las manos impregnadas del polvo blanco que dejaba su huella en nuestros uniformes. Esas huellas que se limpiaban con una sacudida y estábamos listos para continuar, pero siempre algún comentario traía.

Nuestros hijos, no conocieron la tiza porque entraron en esta nueva etapa de la tecnología de la educación.

Nos toca a los padres entender que la educación cambia al igual que sus herramientas. Los contenidos también cambian y las palabras terminan teniendo en el mundo tecnológico una significación distinta.

Apoyemos el progreso y aplaudamos los éxitos que puedan alcanzar nuestros hijos, a través del conocimiento de programas de computación que los prepara para ser más competitivos.

Ahora el aula virtual permite que cualquier persona con una computadora y un software apropiado, pueda analizar, comprender y sintetizar una cantidad de información que estos recursos tecnológicos ponen a su alcance. El problema que enfrenta ahora esta nueva generación no es conseguir la información, como nos toco a muchos de nosotros ir de biblioteca en biblioteca, el problema ahora es saber seleccionarla y evitar la saturación de información. El acceso a la información es infinita ya que no solo a través de las bibliotecas virtuales sino también a través del internet accedemos a ese hermoso regalo del saber.

Si pensamos que la incorporación de tecnología en el sistema escolar ha generado cambios importantes, pensemos en el beneficio que ha significado el acceso a la información y al conocimiento global, para los estudiantes hijos de familias con escasos recursos. El acceso a las herramientas que hoy definen el estándar de las comunicaciones ha venido a resolver en parte las negativas consecuencias generadas por la mala distribución de la riqueza. Muchos son los estudiantes que al llegar a casa no gozan de los beneficios del colegio o de la biblioteca.

Ahora bien, en este avance tecnológico, con el cual muchos de nuestros hijos no reciben los dictados de la maestra, ni aprenden de memoria las tablas de multiplicar, tampoco pasan por las clases de caligrafía y no llevan un cuaderno subrayado en rojo, como nos toco a anteriores generaciones, porque muchas cosas han cambiado, estudian “online”.

Hoy nos toca trabajar un poco más con los hijos para seguir siendo junto al maestro, quienes ensenen a pensar y reflexionar en forma crítica. Se hace necesario debatir en el seno de la familia sobre los avances y los riesgos de los avances tecnológicos, sin criterios orientadores.

Esta educación tecnológica que abre las puertas a nuestros hijos, no puede sustituir la mirada que le ofrece la maestra o el consejo del profesor que frente a frente ve las emociones del estudiante, sus actitudes, su expresión de alegría o tristeza, el maestro que está allí para darle el consejo a tiempo.

Muchas son las cosas que deben enseñar los padres a los hijos, que no puede hacer la computadora.  Aquellos sinónimos usados para la palabra educación como: buenos modales, civismo, crianza, formación, catequesis, magisterio, sabiduría, nos toca a nosotros, rescatarlas y enseñarlas.

Las nuevas tecnologías en comunicaciones han cambiado nuestras aulas, han agilizado procedimientos y aunque una gran parte del mundo aun sigue usando la pizarra y la tiza, debemos entender que el conocimiento y manejo de herramientas tecnológicas es fundamental para la inserción en el mundo digitalizado en el que vivimos al igual que la educación integral de nuestros maestros, quienes seguirán marcando huellas en la formación de nuevas generaciones.