Autor del ensayo: Luis Eduardo Cortés Riera.
Doctor en Historia
Blog http://luiscortesriera.blogspot.com/
Fue en los hermosos y sin iguales Países Bajos de los tulipanes y los molinos de viento, cuando el gran genio de la pintura Rembrandt Van Rijn, pinta por encargo de gentes acomodadas del poderoso gremio de cirujanos, enero de 1632, el famosísimo óleo La lección de anatomía del doctor Nicolaes Tulp, el que quizás sea la pintura de tema médico e hipocrático más famosa del orbe.
Su vida.
Será este hijo de un acomodado molinero de Leyden, uno de los mayores pintores de Holanda y del mundo (los otros serán Van Eick, Van Dick y Van Gogh) que nace en 1606 y fallece en 1669. De joven abandona la universidad para hacerse pintor. En un principio le sonríe la fortuna en este oficio, gana mucho dinero y clientela, contrae matrimonio con una mujer rica, pero morirá solitario y endeudado enormemente, como se deja ver en un Autorretrato de 1666, pintura donde se contempla a sí mismo con absoluta sinceridad en un espejo. Sus ojos fijos y penetrantes, escribe Ernest Goombrich en su extraordinaria Historia del Arte, 1975, parecen mirar dentro del corazón humano. Es como un Shakespeare de la pintura.
Es Rembrandt un contemporáneo de Van Dick y del inmenso español Velázquez. Vivió en los tiempos barrocos en Europa, una cultura de signo mediterráneo que arropó a la América hispano lusa, cultura que nos alcanza hasta el presente, como afirma el venezolano Mariano Picón Salas.
Como devoto protestante que era Rembrandt ha debido leer una y otra vez la Biblia, penetrando agudamente en el espíritu de los episodios representados, sin teatralidad alguna, tales como La parábola del mal siervo, 1655, La reconciliación del rey David y Absalón, 1642, o el Jesucristo predicando, 1652. Hay en sus personajes algo único, muy idiosincrático, que se resiste obstinadamente a ser explicado por las diversas y hasta contradictorias sociologías del arte, como nos explica Néstor García Canclini (La producción simbólica, teoría y método en sociología del arte, 1979).
Lección de anatomía.
Cuando apenas cifraba los 26 años era Rembrandt ya un maestro de sobrada fama en la desprejuiciada y comercial ciudad de Ámsterdam, cuando recibe el encargo de los cirujanos locales que quieren retratarse para la posteridad en momentos cuando aprenden su oficio. Es un gremio poderoso e influyente, que ha logrado que el alcalde de Ámsterdam les entregue el cadáver de un delincuente ahorcado ese mismo día llamado Aris Kindt, para hacer pública disección. Todo un espectáculo social que recababa buena taquilla. Se escoge el gélido mes de enero, día 16, para que se realice este acto científico que anuncia la modernidad en Europa, puesto que ello permite que el cadáver aguante por unos días el imparable proceso de putrefacción en esos momentos cuando comenzaba la “pequeña edad de hielo”, fenómeno climático que Philippe Blom hace responsable de la modernidad y sus logros intelectuales (Historia de la Pequeña Edad de Hielo, 1570- 1700).
Antesala anatómica.
Las lecciones de anatomía eran frecuentes en esos años en los que se imponían las enseñanzas del gran Andrés Vesalio (1514-1564), quien con gran valentía desmintió por falaz desde su catedra en Padua a su colega Galeno, médico de la Antigüedad romana. Su libro, De humanis corporis fabrica, 1543, una verdadera joya de arte, aparece en la esquina inferior derecha del cuadro de Rembrandt.
Sabemos quiénes eran los discípulos del eminente doctor Tulp, puesto que la lista de ellos aparece en una de las manos de uno de los siete personajes del óleo.
La composición del óleo.
La Lección de anatomía provoca de inmediato un verdadero goce estético. La figura central será el cadáver de Aris, que parece como en lívida resplandescencia, una luminosidad que contrasta con los tonos oscuros de los atuendos de cuáqueros de los ocho personajes, que colocados en forma piramidal, actúan de diversa manera en la lección. No todos están atentos a la demostración del doctor Tulp, pues solo tres miran el brazo izquierdo diseccionado previamente por un ayudante (que no aparece en el cuadro). Los dos personajes de la izquierda parecen absortos en sus pensamientos, en tanto que los dos de arriba parecen mirarnos a nosotros, hombres del tercer milenio. Solo el doctor Tulp aparece con sombrero negro de ala ancha, y no mira el acto médico de disección que protagoniza con su mano derecha asiendo una pinza, con la que levanta uno de los músculos tensores del brazo, pero con su mano izquierda indica a sus discípulos de qué manera funcionan.
Sorprendente será que Rembrandt tiene un conocimiento de la anatomía humana extraordinario, lo que lo hace aparecer un discípulo adelantado de Vesalio, fundador de la anatomía moderna. Es una como prioridad visual del pueblo neerlandés. Recordemos que fue en los Países Bajos donde se inventaron microscopio (1590) y telescopio (1608) y que bacterias y espermatozoides fueron avizorados por primera vez por ellos.
Curiosidades anatómicas.
Observando con detenimiento este magnífico óleo del barroco holandés, podemos notar ciertas curiosidades. La primera tiene que ver con el brazo en disección que es más largo que el otro brazo del difunto criminal, que logró de tal manera una insólita inmortalidad. El cuerpo yacente se asemeja en su posición a la de Jesucristo muerto, un magnifico escorzo oblicuo que toma Rembrandt del Renacimiento italiano.
Otra curiosidad supone que el cadáver ha debido presentar muestras de cortaduras en el vientre para sacar los órganos de mayor facilidad para la putrefacción: estomago, hígado, intestinos. Nada de ello sucedió y esa parte aparece como intocada.
Otras curiosidades.
Los rayos equis han puesto al descubierto que dos de los personajes del cuadro fueron pintados con posterioridad por el mismo artista, quienes han debido pagar una importante suma de florines para esa tardía adscripción.
¿Y qué decir del doctor Tulp? Ese no era su apellido, sino que es una contracción de la palabra tulipanes, flor que como es sabido, son el símbolo de esta pequeña nación que le ha robado al mar espacios para crecer. Esas flores no son de allí, puesto que fueron importadas desde el lejano Kazajstán en el siglo XVI. Hogaño es la flor nacional de Holanda, símbolo de la nacionalidad.
La Lección de anatomía es correlato de la humana condición humana en su fugacidad, un hecho inevitable que la orgullosa vanidad nos hace olvidar constantemente.