Texto y fotografía: Nelson Ures Villegas.
Como los ríos que corren por tu piel
no hay en el mundo;
los hay de aguas cristalinas o de siete colores,
aquellos que en el tiempo han contado historias con cascadas y espumas,
pudieran sus aguas surcar el paisaje en cause interminable,
mientras sus peces, cual cristales o diamantes, roban pétalos al sol.
Sus orillas
de un lado y otro
tal vez serian anchuras mitológicas
que harían naufragar cualquier mirada.
Subterráneas corrientes paralelas a las superficiales
sé que existen,
cálida o fría llegaría al mar su travesía…
azul, azul profundo serían sus espejismos.
Pero eres tú
mujer
la única que convierte mi lluvia de poemas
en besos
en estrellas
en gotas de sueños florecidos
rodando por el valle entre tus senos,
deslizando su dulzura en tu erizado abdomen
arremolinándose en tu ombligo
y desde allí
mi torrente de amor iría a tu vientre
encontrándose con subterráneas fuentes
donde confluyen turbulentas cascadas
en frenesí de entrega…
Más allá
del delta de tus pies
entre las prendas íntimas de tu silueta fluvial
el océano es un lecho de olas extraviadas
donde me regalarías tus suspiros
tu débil aleteo de sirena
tu ondulada canción de agua y de horizonte
en retorno al origen de llovizna en tu pelo,
y así,
yo nadando en contracorriente hacia tu frente
saborearía tu húmeda boca
donde la palabra amor
es trueno y es murmullo
es altura del agua que en brillo de tus ojos
brinda su relámpago de renovada tormenta
allá
en la naciente de vida
en la niebla dormida de tus mejillas
en el palpitar del agua hecha semilla
en tu respiración de hembra bendecida.
Barquisimeto, Venezuela
Noviembre 2024.
Hacia el recital poético 09 de diciembre 2024 en el Centro Cultural Guachirongo.
Imagen destacada cortesía del autor tomada de Pinterest