«El teórico de los medios, Douglas Rushkoff, ve el momento cultural actual como un verdadero renacimiento, impulsado por las nuevas tecnologías, los medios, las actividades y las ideas. Al plantear que el salto actual a la cultura digital marca un cambio tan profundo como la oralidad y la alfabetización, busca en el mundo de los jóvenes a los que llama ScreenAgers las pistas sobre lo que les depara el futuro.”
Se llama a ScreenAgers a los nacidos entre los años 1988 en adelante, quienes aprenden más fácilmente por medios visuales y no a través de la lectura.
Sin embargo, el uso de instrumentos tecnológicos está creando una dependencia importante en los jóvenes y también en adulto que en muchos casos está siendo observada con inquietud.
De especial preocupación en los últimos años han sido la dependencia del internet y en especial los videojuegos, que han capturado la atención de los niños y jóvenes desde los años 70. Dichos juegos cada día son más complejos, sofisticados e interactivos, incluso con jugadores a distancia que a veces son absolutamente desconocidos.
Hoy en día, se ha reconocido la existencia de adicción al juego de manera compulsivo, en el cual el deseo de ganar al adversario se convierte en una de las principales motivaciones para jugar. Pero se ha agregado la preocupación de los padres de no saber quiénes son los adversarios y menos sus hábitos, costumbres y la eventual influencia que puedan tener sobre los hijos. Tal es así que en el mes de Junio del 2018, la Organización Mundial de la Salud incluyó la adicción a los videojuegos como una enfermedad alentando a profesionales de la salud a estar más preparados para atender estos casos.
Por su parte, muchos países han creado organizaciones tendientes a atender las personas necesitadas por su dependencia a los equipos electrónicos. Así tenemos que países como Estados Unidos, Canadá, Japón, China, Holanda y Australia, han sido abanderados en este proceso, y han creado instituciones tendientes a atender los problemas de adicción a los videojuegos.