Los  adolescentes han desarrollado grandes habilidades en el envío de  mensaje de textos, con una destreza y rapidez admirable. El compartir  con ellos conlleva muchas veces pedirles que dejen el teléfono, toda vez que pasan horas enviando mensajes de texto, y se ha vuelto sumamente  difícil conversar con ellos, sin que se desprendan del teléfono. El  texting se ha vuelto tan popular que  ha sustituido la conversación  telefónica.

Los mensajes de texto, son ahora un tema que debe llamar la atención de los padres y los lleve a incrementar la comunicación con los hijos sobre lo que hoy llaman “sexting”, mensajes de texto sexuales. Sexting, hace referencia a las fotos de desnudos que comparten los adolescentes por el celular, las cuales, pasan entre ellos y muchas veces son puestas en internet.

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Muchos padres ignoran esta realidad porque no tienen tiempo para compartir con sus hijos, sin embargo esta situación debe abordarse a tiempo antes de que su hijo se vea afectado. Aun cuando no se ha tipificado como delito, en varios estados se han producido arrestos de jóvenes de 16 y 17 años por producir pornografía infantil.

Para prevenir cualquier situación que pueda perjudicar a sus hijos, debieran tomar la iniciativa de comunicarse y plantear abiertamente los riesgos que estos mensajes conllevan.
Los jóvenes no son capaces de medir las consecuencias psicológicas y legales que pueden conllevar esa práctica. La vergüenza, la humillación, el daño a la reputación son algunas de las cosas por las cuales atraviesan muchos adolescentes, sin contar que estos mensajes podrían dañarlos en el futuro, al aplicar por una beca o en la búsqueda de un trabajo.

Las consecuencias pueden ser terribles, de modo que no es suficiente que los padres conozcan esta realidad, sino que deben abordarla y conversar con los hijos. Son los padres quienes deben fijar las reglas sobre el uso de los mensajes de texto.

Algunos padres dan a sus hijos celulares desde muy temprana edad, a los 8 o 10 años lo cual los ayuda a permanecer en contacto con ellos, pero ahora esto se ha convertido en una preocupación adicional. Conversen con el consejero del colegio y pregunte que medidas pueden tomarse, averigüé que esta haciendo la asociación de padres y conversen con sus hijos sobre el tema.

Edición 1 Aldea Magazine