Por Luis Eduardo Cortés Riera. cronistadecarora@gmail.com

 “Cuantos sacrificios por esta causa de nuestro corazón. Con la muerte de Pedro León Torres hemos perdido un compañero digno de nuestro amor; el Ejército un soldado de gran mérito y la República, uno de sus hijos de esperanzas para el día de la paz”

Simón Bolívar, 1822.

“A Pedro León Torres primero que a otro para General, es un muchacho al que se le debe mucho el triunfo de ayer.”

General en Jefe Manuel Piar, después de la Batalla de San Félix,1817

“…hay fantasmas históricos que constantemente se hacen sentir, como es el arquetipo mesiánico del Hermano Mayor, que nos carcome, de ayudar a los pueblos hermanos (…) arquetipo que parece venirnos de nuestros padres libertadores, pero que si hurgamos un poco más nos damos cuenta que esa voluntad de transformación es mucho más vieja: procede de la conquista. Los libertadores sólo la continuaron …”

Francisco Herrera Luque. Los viajeros de Indias, 1961.

Advertencia preliminar.

Los ensayos que [van a ser publicados en varios días] son una suerte de florilegio, una colección de escritos que guardan como una independencia unos de otros y que en consecuencia se pueden leer de manera aislada. Tampoco tienen un rigor cronológico, pero guardan un destacadísimo hilo conductor que los unifica y proporciona solidez, esto es, la figura mitológica y legendaria del General de División Pedro León Torres, Héroe de la Independencia de Suramérica que derrama su sangre por la Libertad de estas tierras a la corta edad de 34 años luego de ser herido mortalmente en la Batalla de Bombona.

Con la presentación de estos ensayos queremos hacer una contribución pedagógica en el conocimiento de esta eminentísima y protagónica figura, que se forja con sus dotes organizativas, decisión y valor conduciendo sus tropas en las Campaña de Guayana y la Campaña del Sur liderada por el Libertador Simón Bolívar, dando lugar con esa epopeya heroica a lo que el historiador Reinaldo Rojas ha llamado la construcción de una “religión laica”.

Han transcurrido largas y prolongadas dos centurias desde que el General de División Pedro León Torres ascendiese con gloria a la inmortalidad, allá en Yacuanquer, Departamento de Nariño, Colombia, y aún no hemos logrado los venezolanos del tercer milenio repatriar los restos mortales del Héroe de las decisivas batallas de El Juncal, San Félix y Bomboná, la más destacada figura de una familia completa, los llamados Siete Macabeos de la Independencia, los Siete Hermanos Torres, consumidos por nuestra hecatombe guerrera, una fascinante historia con resonancias bíblicas, una pertinaz deuda, una obligación histórica que debemos saldar a la brevedad. Nuestro Panteón Nacional aguarda al Héroe caroreño para que en ese lugar sagrado se consolide nuestra comunidad imaginada, la Nación Venezolana. No esperemos más tiempo.

Ciento treinta siete largos días del General Torres.

El día que iba a morir, el General Pedro León Torres comenzó a evocar su breve, pero muy intenso y fulgurante paso por la vida terrena aquella tarde de ráfagas de frío y neblina yacuanquerinas. No encontraba cómo empezar aquella memoriosa reconstrucción que arrancara en los días más soleados y estivales de su Carora natal. Juana Francisca Arriechi, su madre, comenzó a sentir dolores de parto el día del patrono san Juan Bautista, bajo el canto ensordecedor y prolongado de las chicharras, pero el niño asoma su cabecita al mundo el 25 de junio de 1787. Esa casi coincidencia lo marca indeleblemente hasta su intermitente y entrecortado deceso que se anuncia en ciento treinta y siete prolongadísimos y extenuantes días, muy lejos del balido de las cabras y del silencioso relámpago vespertino occidental del semiárido venezolano. Se convertirá desde ese momento Pedro León Torres en héroe mesiánico de la luz que vence las tinieblas del despotismo.

“Creo que la bala que me tumba del caballo en los profundos y traicioneros riscos de Bomboná no dañó mi memoria, pues mi retentiva aguantó las ráfagas de pólvoras y metrallas realistas. No se me tranca la bestia, tal como le sucedió al asturiano José Tomás Boves ocho años atrás, allá en Venezuela. Yo, que soy coleador de toros desde mozuelo, no pude dejar que mi caballo se detuviera en aquel momento preciso de la batalla. Quería mostrarle a Su Excelencia el Libertador Simón Bolívar que mis galones y charreteras de General habían sido ganados limpiamente, despreciando sin miedo ni sobresalto la oscuridad de la muerte.”

Foto del General Pedro León Torres cortesía del Correo de Lara

Luis Eduardo Cortés Riera
Venezolano, nacido en Cubiro, Estado Lara. Doctor en Historia por la Universidad Santa María de Caracas, 2003. Docente del Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Barquisimeto. Cronista Oficial de Municipio Torres, Carora. Miembro de la Fundación Buría. Ganador de la Segunda Bienal Nacional de Literatura Antonio Crespo Meléndez, 2014, con el ensayo: Rafael Domingo Silva Uzcátegui, más allá de la Enciclopedia Larense, Psiquiatría y literatura modernista. Colaborador de las revistas literarias: Archipiélago, de México; Letralia; Carohana; Mayéutica, CISCUVE; Columnista del diario El Impulso de Barquisimeto. Autor: Del Colegio La Esperanza al Colegio Federal Carora, 1890-1937, La gallarda serpentina de El Negro Tino Carrasco; Ocho pecados capitales del historiador; Enciclopedia Temática del Estado Lara; Iglesia Católica, cofradías y mentalidad religiosa en Carora.