Por: Allison Metsch, M.S.Ed
Una de las primeras palabras que mi hija dijo “ato” o auto. Sólo tenía 9 meses de edad. En mi forma maternal muy parcializada solía pensar, “¡Oh, qué avanzada!” Para cuando tenía un año, incluso ya estaba empezando a juntar palabras. Pero no estaba caminando. Ni siquiera estaba gateando.
A medida que Maya se acercaba al hito de cumplir 1 año, dos colegas me animaron a preguntar por qué aún no caminaba. El enfado y resentimiento que sentí fue fuerte. Pensé, “¡No hay nada de malo con mi perfecta bebé!”. ¿Cómo podía estar tan avanzada en un área y no en otra?
Luego que me tranquilicé, decidí conversar al respecto con mi pediatra. Me recomendó más evaluaciones. Pasé por todas ellas y resultó que Maya tenía un trastorno de procesamiento sensorial que no le permitía poner peso en sus pies. Después de meses de terapia ocupacional, mejoró y eventualmente caminó a los 19 meses. Como educadora de la temprana edad, tengo conocimientos de cómo aprenden los niños y cómo crecen a su propio ritmo. Sin embargo, en ese momento parecía imposible poner a un lado mis emociones y recordar los hechos. Recuerdo, ahora, cómo me imaginaba y esperaba a que ella diera sus primeros pasos. Acepto la filosofía de que los niños realmente piensan, aprenden y crecen según su propio ritmo. A lo largo de la escuela primaria, Maya practicó gimnasia. Daba vueltas, mantenía el equilibrio y saltaba por todos lados. Hoy en día, como adolescente, sigue prosperando y desarrollándose. También corre millas en la cinta caminadora.
Es importante que tanto educadores como padres por igual, conozcan las expectativas realistas para el desarrollo de sus hijos. Por ejemplo, no se espera que un niño de 1 año pueda escribir su nombre como lo haría otro de 5. Existen etapas de escritura por las que tiene que pasar un niño para llegar a ese hito. El niño primero tiene que aprender a sostener un lápiz o crayón y luego a garabatear. Después de garabatear, podrá crear símbolos que representarán letras y pronto hará la transición hacia escribir letras reales Los niños llegan a estas etapas de forma individual, cuando están listos.
Los niños aprenden en su propio estilo y a su propio tiempo. Un profesor en un salón de clases con 10 estudiantes no espera que los diez aprendan de la misma manera. Algunos estudiantes aprenden mejor de forma visual, a través de la observación y la mirada atenta. Otros estudiantes aprenden mejor escuchando a sus padres, sus compañeros y a los sonidos y ruidos que llenan su ambiente. También hay otros estudiantes que aprenden mejor con un enfoque práctico y necesitan tocar, sentir y hacer para aprender mejor.
Aunque los hechos estaban en mi cabeza, les tomó un tiempo llegar a mi corazón. Doy una mirada atrás y veo cómo me demoré un tiempo en tomar los pasos para buscar ayuda. Como padres, se trata de un proceso. Sin embargo, dentro de mí, sentía que era la decisión correcta. Así que, si como padre usted se siente un poco preocupado, sepa que esto toma su tiempo y cuando esté listo, lleve a su hijo a que le hagan un chequeo.
Allison Metsch, M.S.Ed, Directora de Iniciativas de educación y calidad, Early Learning Coalition (ELC) del Condado de Broward Allison Metsch supervisa el desarrollo profesional de los educadores de la temprana edad y todos los programas de calidad para la ELC del Condado de Broward. Allison comenzó su trayectoria profesional en la Universidad de Miami, obteniendo su grado de Maestría mientras trabajaba en un proyecto de investigación, Legacy for ChildrenTM. Ha trabajado como especialista en currículos en un programa Head Start en Miami y como directora preescolar en Cooper City, FL. Obtuvo una Credencial de desarrollo familiar, enriqueciendo su trabajo con la participación familiar. Además, trabajó en la Universidad Nova Southeastern como docente destacada, como coach, mentora y capacitadora del personal de escuelas preescolares y eventualmente liderando a su equipo como Gerente de programa para el equipo Road to Child Outcomes (Senda hacia los resultados infantiles) de la NSU.
