Por Luis Eduardo Cortés Riera. cronistadecarora@gmail.com
Este extraordinario escritor y periodista caroreño, que usaba el seudónimo de Lor-Vas, tiene además un mérito pocas veces tomado en cuenta: su formación autodidacta de historiador. Sin tener relación con nuestras escuelas de historia venezolanas, hilvana y traza una muy bien documentada interpretación de la historia del Héroe de la Batalla de Bomboná que ahora se está reditando por tercera vez, que plantea el viejo dilema del individuo en la historia, complejidad que tanto llama la atención del marxista ruso Jorge Plejánov y del historiador británico Edward H. Carr. En tal sentido su obra más emblemática es Vida y sacrificio del General Pedro León Torres, 1974.
Esta destacable y de ninguna manera despreciable condición autodidacta de Don Luis Oropeza Vásquez, nos recuerda a la de los inmensos escritores caroreños Cecilio “Chío” Zubillaga (1887-1948) y Rafael Domingo Silva Uzcátegui (1887-1980), quienes realizan una gigantesca obra literaria que nos llega, influenciándonos, hasta el presente. Es que la naturaleza del idioma (español) favorece el nacimiento de talentos extremados, solitarios y excéntricos”, escribe el Nobel de Literatura mexicano Octavio Paz. Se trata de dos exponentes magníficos de lo que hemos llamado tentativamente “genio de los pueblos del semiárido larense venezolano.”, al que debemos agregar, sin titubeos de ninguna especie, el caso emblemático de Don Luis Oropeza Vásquez, que bien se lo merece por el alcance de su obra.
Foto Cortesía de El Impulso